Miercoles 01 de Octubre de 2025

Triple Crimen Narco en Florencio Varela: Detenciones internacionales marcan un avance en la investigación del brutal asesinato de tres jóvenes

Publicado: 01-10-2025

En un operativo conjunto entre autoridades argentinas y peruanas, se concretaron las detenciones de Tony Janzen Valverde Victoriano, alias «Pequeño J», y su presunto lugarteniente Matías Agustín Ozorio, en Lima, Perú. Estos arrestos representan un hito en la pesquisa del triple femicidio narco que conmocionó al conurbano bonaerense, donde tres jóvenes –Brenda Loreley del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Morena Gutiérrez (15)– fueron torturadas, asesinadas y descuartizadas en una venganza ligada al narcotráfico.

El caso, que inició como una denuncia por desaparición el 19 de septiembre en La Matanza, tomó un giro macabro cinco días después, cuando los cuerpos de las víctimas fueron hallados enterrados en un pozo en el patio de una vivienda ubicada en las calles Jáchal y Chañar, en la Villa Vatteone de Florencio Varela. Las autopsias preliminares revelaron torturas extremas con «sello narco»: amputaciones de dedos, orejas cortadas, quemaduras, puñaladas y golpizas, en un acto de violencia que fue transmitido en vivo por redes sociales a un grupo cerrado de unos 45 integrantes de la banda, como advertencia por un supuesto robo de droga.

La Trampa y el Recorrido Fatal

Las jóvenes, residentes de La Matanza, fueron vistas por última vez abordando una Chevrolet Tracker blanca con patente adulterada en la rotonda de La Tablada, bajo el engaño de dirigirse a un evento. El vehículo, vinculado a una red transnacional de narcotráfico con base en la Villa 1-11-14 de Buenos Aires, las llevó unos 33 kilómetros hasta la casa en Florencio Varela, pasando por Lomas de Zamora. La última señal del celular de Lara se registró allí a las 23:14 del viernes.

La hipótesis principal apunta a una venganza por el robo de entre 3 y 5 kilos de cocaína, presuntamente perpetrado por una de las víctimas contra la organización liderada por «Pequeño J», un narco peruano de 20 años de la tercera generación criminal –su abuelo y padre también estaban involucrados en delitos similares en Perú–. Durante la transmisión en vivo, uno de los perpetradores habría exclamado: «Esto pasa si me robas droga».

Detenciones y la Red Criminal

Hasta el momento, suman al menos nueve detenidos en Argentina, incluyendo a Magalí Celeste González (28), Miguel Ángel Villanueva Silva (25, peruano), Daniela Iara Ibarra (19) y Maximiliano Andrés Parra (18), capturados en la escena del crimen; además de Lázaro Víctor Sotacuro, Florencia Ibáñez, Ariel Giménez (contratado para cavar el pozo) y otros vinculados a la limpieza de la escena y apoyo logístico.   La banda opera en el conurbano sur, con nexos en Barracas, Bajo Flores y zonas porteñas, distribuyendo droga y recurriendo a sicariato.

Las detenciones en Perú se lograron gracias al rastreo del celular de «Pequeño J», que reveló su reunión con Ozorio en una plaza de Los Olivos, Lima. El narco peruano, quien negó los cargos al ser capturado –»Me echaron la culpa nomás, nosotros no matamos a nadie»–, provenía de una familia criminal y huyó oculto en un camión de pescado.   Autoridades peruanas lo describen como parte de una red de bajo perfil, no un líder mayor.

El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, indicó que aún hay al menos dos implicados por identificar, y la investigación, bajo secreto de sumario con la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), busca desmantelar la estructura completa. Una conferencia de prensa está prevista para hoy a las 14:00 en San Isidro, con la ministra Patricia Bullrich, el jefe de la Policía Federal y un representante de Interpol.

Dolor Familiar y Reclamos de Justicia

Familiares de Brenda y Morena expresaron alivio parcial por las detenciones en Perú –»Estamos un poco más aliviados»–, pero insisten en que falta justicia plena. La madre de Morena dudó del rol de «Pequeño J» como autor intelectual, y allegados de Lara reportaron amenazas. Se realizaron velorios y sentadas en La Tablada, mientras iglesias y observatorios como OPRENAR repudian el avance del narcotráfico en el país.

El caso expone la violencia extrema del narcotráfico transnacional, con debates sobre control fronterizo y coordinación entre Nación, Provincia y Ciudad. Mientras la Justicia avanza, las familias exigen el fin de esta «marginalidad criminal» que une pobreza y delito organizado.

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