La guerra contra el narco en Río de Janeiro: “Comando Vermelho opera como un estado paralelo”
Publicado: 29-10-2025

En una de las operaciones más sangrientas de su historia reciente, la policía brasileña lanzó este martes un megadespliegue contra el Comando Vermelho, la mayor facción criminal de Río de Janeiro, dejando un saldo preliminar de al menos 64 muertos y más de 50 detenidos. El operativo, bautizado como “Contención”, involucró a unos 2.500 agentes armados que irrumpieron en las favelas del norte de la ciudad, como el Complexo do Alemão, desatando intensos tiroteos e incendios en zonas controladas por el grupo.
La acción policial busca frenar la expansión territorial de esta organización, que se ha convertido en un verdadero “estado paralelo” en las periferias de la ciudad más icónica de Brasil. Según Leticia Navarro, periodista especializada en crónica policial en el país sudamericano, el Comando Vermelho no solo domina el tráfico de drogas, sino que ejerce un control absoluto sobre la vida cotidiana de miles de habitantes. “Es un comando paralelo, es un gobierno propio, que decide quién vive y quién muere. Tiene sus propios tribunales y tentáculos hacia la política y la Justicia de Brasil”, explicó Navarro en una entrevista exclusiva.
Un despliegue sin precedentes en las favelas
El operativo comenzó en la madrugada del 28 de octubre y se extendió por varias horas, con helicópteros sobrevolando las colinas y vehículos blindados avanzando por calles angostas. Las autoridades reportaron enfrentamientos armados en al menos tres complejos de favelas, donde el Comando Vermelho mantiene su bastión. Videos y testimonios de residentes muestran escenas de caos: balas perdidas, familias refugiadas en sus hogares y vehículos incendiados como barricadas improvisadas.
Esta es la incursión más letal contra el crimen organizado en la historia de Río, superando incluso operativos emblemáticos de la era de las Olimpiadas de 2016. Las fuerzas de seguridad incautaron armas de alto calibre, explosivos y drogas valoradas en millones de reales, pero el costo humano ha generado críticas inmediatas de organizaciones de derechos humanos, que denuncian el uso excesivo de la fuerza en comunidades vulnerables.
El poder tentacular del Comando Vermelho
Fundado en las décadas de 1970 en las prisiones de Río, el Comando Vermelho ha evolucionado de una red de narcotraficantes a una estructura cuasiestatal con ramificaciones en todo Brasil y fronteras internacionales. Sus operaciones se extienden hasta la Amazonia, donde controla rutas de contrabando, y mantiene contactos con carteles en países limítrofes, lo que ha alertado a agencias de inteligencia como la DEA de Estados Unidos.
Navarro detalla cómo el grupo no solo impone “sus propias leyes y su propia justicia”, sino que infiltra instituciones clave. “Ellos deciden quién muere, quién sigue vivo”, afirma la periodista, subrayando el temor que genera en la población. En las favelas, el Comando Vermelho ofrece servicios básicos –como electricidad y seguridad– a cambio de lealtad, creando un vacío que el Estado ha sido incapaz de llenar. Esta dinámica ha convertido a Río en un polvorín, donde la violencia narco eclipsa el glamour de sus playas y el Cristo Redentor.
Implicaciones políticas y un desafío nacional
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumió en 2023 con promesas de reducir la violencia urbana, enfrenta ahora un dilema: equilibrar la mano dura contra el crimen con el respeto a los derechos humanos. Críticos opositores, como el exmandatario Jair Bolsonaro, han aplaudido el operativo como un “golpe necesario”, mientras que activistas locales advierten que estas redadas solo radicalizan a los jóvenes en las favelas.
Expertos en seguridad coinciden en que el Comando Vermelho representa un desafío a la soberanía brasileña. Su “aparato bélico” –con arsenales que rivalizan con el de algunas fuerzas policiales– y su influencia en elecciones locales lo convierten en un actor no estatal con peso geopolítico. “No es solo un problema de Río; es una amenaza a la seguridad nacional”, advierte Navarro.
A medida que las autoridades evalúan los resultados del operativo, Río de Janeiro se prepara para un posible contraataque. En un ciudad dividida entre el paraíso turístico y el infierno de las favelas, la pregunta persiste: ¿podrá el Estado recuperar el control, o el Comando Vermelho consolidará su reino paralelo?