Angustia familiar en el caso de Lourdes de Bandana: «Por suerte está viva, ojalá que recapacite», dice su hermana
Publicado: 24-10-2025
En medio de un revuelto escándalo policial que ha sacudido el mundo del espectáculo argentino, Ana Fernández, hermana de Lourdes Fernández –exintegrante del icónico grupo Bandana–, rompió el silencio familiar este viernes. Con voz entrecortada y visiblemente conmovida, Ana atendió a la prensa frente a su casa en Hurlingham, donde reveló detalles desgarradores sobre la situación de su hermana, hallada tras una denuncia de desaparición y envuelta en una relación marcada por denuncias de violencia de género.
El drama se desató el jueves, cuando Mabel, madre de Lourdes, alertó a las autoridades por la ausencia de su hija desde principios de octubre. Tras un allanamiento en el departamento de Palermo perteneciente a Leandro García Gómez, novio de la artista, Lourdes fue ubicada sana e ilesa, aunque en un estado de vulnerabilidad que alarmó a su entorno. García Gómez, imputado por privación ilegítima de la libertad, permanece detenido, mientras que Lourdes recibió atención médica en el Hospital Fernández y fue dada de alta en la madrugada del viernes, acompañada ahora por amigas y excompañeras de Bandana.
Una familia dividida por una relación tóxica
Ana, quien había mantenido distancia de su hermana durante meses, describió un panorama familiar fracturado por la influencia destructiva de la pareja de Lourdes. «La estamos acompañando, pero es muy difícil. Ahora está con amigas y mi mamá está muy angustiada», confesó al inicio de su declaración, subrayando el peso emocional que ha recaído sobre Mabel, quien impulsó la denuncia policial por puro instinto maternal: «Porque es su hija, porque la quiere y no sabíamos si estaba viva o no».
En un momento de crudeza emotiva, Ana lanzó un mensaje directo a Lourdes: «Quiero decirle que la amo y que esto no es en contra de ella, sino para que esté bien. A veces es muy difícil salir, entonces aunque vean que por ahí ella lo perdonó o está con él, está equivocada. Y ahí es cuando nos ponemos del otro lado». Respecto al imputado, su posición fue tajante: «No queremos ni que salga, y ojalá que se haga justicia».
La hermana mayor reveló las grietas en el núcleo familiar, explicando su alejamiento como una medida de autoprotección: «Yo perdí contacto porque lo que mucho no se habla, es que a veces de parte de la familia es muy difícil mantener una relación con una persona que está en este estado o que piensa de cierta manera y se mete en una relación muy tóxica. Y en un momento tuve que alejarme porque ya no podía ayudarla». El detonante, según Ana, fue la manipulación ejercida por García Gómez: «Me alejé por él, por lo que él le llevó a hacer, por cómo le cambió la cabeza. Y obviamente que al estar vulnerable y al creerte una mentira, te lleva a lugares súper oscuros que no ayuda».
A pesar de la brecha, el lazo sanguíneo persiste: «Claramente, está en una situación totalmente vulnerable. A nosotros como familia nos cuesta un montón acercarnos porque en estos casos te alejan y te toman como que vos sos la que está equivocada». Sobre la posibilidad de que Lourdes regrese al hogar familiar, Ana fue clara: «Ella tiene su casa. Nosotros, pese a estar más cerca o más lejos, siempre vamos a estar ahí».
El apoyo de las «chicas de Bandana» y un timing inoportuno
En medio de la tormenta, un rayo de solidaridad proviene del pasado musical de Lourdes. «Está con las amigas y con las chicas de Bandana que siempre están al pie del cañón, se preocupan por ella», destacó Ana, refiriéndose a sus excompañeras del grupo formado en 2001 a partir del reality Popstars. Irónicamente, este episodio coincide con el anuncio de una nueva reunión de Bandana, que prometía ser un hito nostálgico para los fans, pero ahora queda opacado por la realidad personal de una de sus protagonistas.
Tras su breve paso por el hospital, Lourdes se recupera en su domicilio junto a una amiga cercana, bajo el amparo de quienes han permanecido leales. «Ayer la vimos un poquito en el hospital. Está con sus amigas. Por suerte está viva», resumió Ana, con un alivio teñido de preocupación. «Nosotros lo que más queremos es que ella esté bien; ella es la famosa y es la que ella tiene que hablar, pero esperamos que recapacite», concluyó, dejando en el aire la esperanza de un cambio.
Este caso pone en el tapete, una vez más, los desafíos invisibles que enfrentan las figuras públicas más allá de los reflectores: relaciones abusivas, aislamiento emocional y la lucha por reconstruir lazos rotos. Mientras la Justicia avanza en la imputación contra García Gómez –quien ya enfrentaba denuncias previas por violencia de género–, la familia Fernández clama por sanación. Lourdes, con su voz silenciada por el momento, será la clave para cerrar este capítulo doloroso.