Lunes 22 de Septiembre de 2025

Argentina apura préstamo de EE.UU. para cubrir deuda en 2026

Publicado: 22-09-2025

El presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, se reunirán recién este martes con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, en un esfuerzo por avanzar en negociaciones clave para estabilizar la economía argentina. El encuentro, inicialmente previsto para antes, se postergó debido a un retraso en el viaje de la delegación oficial a Estados Unidos, en medio de una búsqueda urgente por un préstamo de hasta 8.500 millones de dólares del gobierno de Donald Trump.

Un Calendario Apretado en Nueva York

La agenda de Milei en la Gran Manzana incluye una exposición en la Asamblea Anual de las Naciones Unidas, seguida de reuniones bilaterales de alto nivel. Según fuentes cercanas al Gobierno, el martes por la mañana se concretará un encuentro con el propio Trump, antes de la cita con Georgieva y otros representantes del FMI. El miércoles, la delegación aspira a dialogar con Scott Bessent, secretario del Tesoro de EE.UU., quien sería el responsable de activar la línea de financiamiento solicitada desde el Fondo de Estabilización Cambiaria del Tesoro estadounidense.

Este fondo, diseñado para asistir a países en dificultades coyunturales, podría inyectar entre 4.000 y 8.500 millones de dólares a las arcas argentinas. El monto exacto dependerá de las condiciones impuestas por Washington, pero el objetivo es claro: cubrir vencimientos de deuda por 8.500 millones de dólares programados para 2026, distribuidos en 4.000 millones en enero y 4.500 millones en julio. «Estamos trabajando para cerrar los pagos de deuda que tiene la Argentina el año que viene», afirmó Milei en declaraciones recientes, subrayando que «hay múltiples negociaciones con Estados Unidos y prometió avanzar en todas las líneas para mejorarle la vida a los argentinos».

Contexto de Turbulencia Económica

La postergación llega en un momento de alta volatilidad para la economía argentina. El riesgo país escaló a 1.500 puntos básicos tras el triunfo del peronismo kirchnerista en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre, lo que generó dudas sobre la continuidad de las reformas estructurales impulsadas por el Gobierno. Paralelamente, el dólar paralelo alcanzó los 1.515 pesos, obligando al Banco Central de la República Argentina (BCRA) a intervenir en el mercado con ventas por 1.100 millones de dólares entre el miércoles y el viernes para contener la presión cambiaria.

Funcionarios del Ejecutivo expresaron preocupación por el impacto político de la oposición, que podría complicar la aprobación de reformas laborales, tributarias y previsionales previstas para diciembre. En este marco, los contactos con inversores privados de Wall Street ya iniciaron, explorando préstamos adicionales bajo condiciones estrictas, como ajustes fiscales y mayor apertura comercial.

Expectativas y Desafíos en la Mesa de Negociaciones

La reunión con el FMI se centra en revisar el programa de facilidades extendidas vigente, con énfasis en el cumplimiento de metas fiscales y la acumulación de reservas. Analistas locales coinciden en que un respaldo explícito de EE.UU. podría ser un catalizador para desbloquear desembolsos del FMI y restaurar la confianza de los mercados. Sin embargo, persisten interrogantes sobre la rapidez de las respuestas: ¿Logrará la delegación argentina concretar el préstamo antes de fin de año, o se extenderá la incertidumbre?

Milei, conocido por su retórica antiestablishment, llega a estas cumbres con un mensaje de optimismo: la eliminación temporal de retenciones a los granos –anunciada esta semana– ya comienza a mostrar efectos en la liquidación de divisas. Mientras tanto, el sector privado observa con atención, ya que un acuerdo exitoso podría aliviar la brecha cambiaria y facilitar importaciones pendientes.

En un año marcado por elecciones y reformas, este periplo neoyorquino representa un punto de inflexión para el Gobierno libertario. Si las negociaciones prosperan, Argentina podría ganar oxígeno para su plan de estabilización; de lo contrario, el 2026 se vislumbra como un año de pruebas aún más duras. La pelota, ahora, está en la cancha de Trump y Georgieva.