Axel Kicillof arremete contra el modelo económico de Milei: «Un país nunca se desarrolló convirtiendo a su economía en un casino»
Publicado: 23-10-2025

En un acto cargado de tensión política a pocos días de las elecciones legislativas, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, lanzó una dura crítica al gobierno nacional de Javier Milei, al que acusó de transformar la economía argentina en un «casino» de especulación financiera. El encuentro, realizado en Almirante Brown con fiscales de mesa del peronismo, se enmarcó en la previa de los comicios del próximo domingo y sirvió como plataforma para movilizar a la militancia opositora.
Kicillof, acompañado por el candidato a diputado nacional Jorge Taiana y el intendente local Mariano Cascallares, no escatimó en palabras para desmontar lo que describió como un «sistema de timba» impulsado por el oficialismo. «Nuestros problemas no se van a solucionar humillándonos para conseguir 20 mil millones de dólares más para la timba: un país nunca se desarrolló convirtiendo a su economía en un casino», afirmó el gobernador, en una frase que resonó como un golpe directo al corazón de las políticas liberales de Milei.
El evento, que reunió a fiscales del Frente Patria –la coalición peronista que busca fortalecer su representación en el Congreso–, también sirvió para alertar sobre posibles irregularidades en el proceso electoral. Kicillof hizo hincapié en el nuevo sistema de Boleta Única de Papel (BUP), implementado por el Gobierno nacional, al que tildó de confuso y propenso a «trampas». «Implementaron un nuevo sistema de votación que muchos no conocen ni comprenden. De acá al domingo la tarea es explicar cómo hay que hacer para votar en la séptima columna, la que tiene a la bandera argentina en el centro», instó a los presentes, refiriéndose a la boleta que representa al peronismo bonaerense.
El gobernador recordó la contundente victoria de su espacio en las elecciones primarias del 7 de septiembre, donde Fuerza Patria se impuso por más de 13 puntos en la provincia de Buenos Aires. «Esa fue el inicio de una tarea que tenemos que completar», enfatizó, posicionando el acto como un llamado a la acción para contrarrestar lo que percibe como una ofensiva del oficialismo contra los derechos de los trabajadores y el desarrollo productivo del país.
Entre los presentes destacaron figuras clave como la candidata a diputada Jimena López, quien respaldó las palabras de Kicillof al subrayar la necesidad de «defender el voto popular» frente a lo que describió como políticas de «ajuste salvaje». Cascallares, por su parte, elogió la gestión provincial en medio de la crisis económica nacional, destacando obras de infraestructura y programas sociales que, según él, contrastan con el «desmantelamiento» impulsado desde Casa Rosada.
La crítica de Kicillof no se limitó a la dimensión económica. En un tono de clara confrontación, el gobernador arengó a la militancia con un mensaje de resistencia: «Vamos a decirle bien fuerte a Milei que el pueblo de la provincia de Buenos Aires está de pie para ponerle un límite a sus políticas y su crueldad». Estas palabras, pronunciadas ante un auditorio entusiasta, encapsulan el espíritu de una oposición que busca capitalizar el descontento social generado por la inflación galopante, el recorte de subsidios y la dependencia de préstamos internacionales para sostener un modelo basado en la especulación, en detrimento de la industria y el empleo genuino.
El acto en Almirante Brown se inscribe en una serie de movilizaciones peronistas en el conurbano bonaerense, bastión histórico del kirchnerismo, donde Kicillof aspira a consolidar su liderazgo de cara a las legislativas. Con encuestas que muestran un empate técnico entre oficialismo y oposición, declaraciones como las de hoy podrían inclinar la balanza en un distrito clave que representa casi el 40% del padrón electoral nacional.
Mientras el Gobierno de Milei defiende su plan de estabilización macroeconómica –que incluye la atracción de inversiones extranjeras y la liberalización de mercados–, voces como la de Kicillof insisten en que el camino al desarrollo pasa por la producción y no por la «humillación» ante organismos internacionales. El próximo domingo, las urnas dirán si esta visión resuena en las calles de Buenos Aires o si el «casino» financiero continúa reinando en la agenda nacional.