Casi diez años después de aquella madrugada en el aeroparque Jorge Newbery, la causa de “la valija” cobró un nuevo impulso. La fiscal en lo Penal Económico María Luz Rivas Diez pidió el procesamiento del entonces embajador en las sombras ante Venezuela, Claudio Uberti, como partícipe necesario en el contrabando de al menos US$ 790.550 desde Caracas.
Rivas Diez consideró que hay pruebas suficientes para avanzar contra Uberti, tras evaluar que habría actuado en tándem con el empresario Guido Alejandro Antonini Wilson para ingresar al menos esa valija con dinero negro.
La fiscal también consideró probado que antes y después del decomiso de esa valija, Uberti se movió en coordinación con distintos funcionarios.
Entre otros, según reconstruyó con una exhaustiva lista de cruces telefónicos, con el entonces presidente Néstor Kirchner, el entonces ministro de Planificación Federal Julio De Vido y el entonces titular de la Aduana Ricardo Echegaray.
Apoyada además en los testimonios de múltiples empresarios que declararon en el expediente, la fiscal Rivas Diez también consideró probado por qué Uberti participó en aquel vuelo que se anunció como de “Presidencia Argentina”. Actuaba, remarcó, como embajador paralelo ante el régimen chavista, a las órdenes de Kirchner.
En la Argentina, Uberti se desempeñaba como interventor en el Órgano de Contralor de las Concesiones Viales (Occovi), bajo la órbita del entonces ministro Julio De Vido.