ciberextorsión aumentan los casos un 40% por año

Los diferentes formatos de extorsión online crecen año a año. Nuestro cálculo interanual indica que crece al 40% anual. Desde Ransomware, el ciberdelito del triple efecto “hackeo, secuestro y extorsión” hasta el formato de Sextortion, ejecutado de forma quirúrgica o al azar, random, el que pica, pica!. Además del tipo de víctima el Ransom es inocultable y este es su principal elemento de coacción, las extorsiones sobre las personas, especialmente “sextortion” es procesado en privado y en total silencio, genera miedo y vergüenza.
La eficiencia de estos ataques crece continuamente y al mismo ritmo que nuestra digitalidad y el proceso de transformación digital al que nos empujo compulsivamente la pandemia. No solo los gobiernos y grandes empresas son víctimas las personas de a pie y las pymes, están en la mira.
Las pymes que intentan reducir costos y no invierten en capacitar adecuadamente al personal sobre cómo administrar los datos, sus sistemas y su seguridad y evitar ataques de phishing más tarde o más temprano van a sufrir daños inexorablemente.
Ya se plantea que el costo del RANSOMWARE será de U$S 42.000 millones a nivel mundial al final del 2024 y es necesario reconocer que la proyección indica que el 75% de las organizaciones serán víctimas más de 1 vez para el 2025.
Algunos de estos incidentes en el ámbito corporativo o empresarial, son a menudo la primera etapa de un ataque de suplantación de identidad, donde se secuestra el correo electrónico de abogados, contadores y otras personas de confianza y se utilizan para enviar mensajes de estafa a las víctimas para engañarlas para que transfieran fondos al estafador.
Las redes sociales crean una oportunidad ideal para que las personas puedan comunicarse, reunirse, hombres son contactados en Instagram y WhatsApp por mujeres que tienen fotos de perfil atractivas. Sin embargo las campañas de sextortion al azar, que llegan por mail, siguen cosechando víctimas; recibir un mail que informa: un malware tomo control de tu cámara y micrófono, obtuvo tu lista de contactos, te tienen grabado mientras disfrutas de “porno” y debés pagar para que no difundan el contenido, intimo y privado.
Aprovechando el miedo y la vergüenza de las personas a que se expongan sus momentos privados eróticos, los estafadores extorsionan a las personas amenazándolas. Las estafas de sextorsión son peligrosas y en algunos lugares del mundo han provocado suicidios por temor a la difamación social.
La sextorsión ocurre a través de las redes sociales, consolas de juegos y juegos online, plataformas de mensajería, aplicaciones de citas, el uso de Crypto Estafas y phishing por correo electrónico que afirman tener grabaciones de sexo.
Los estafadores suelen ser expertos en copiar perfiles y sitios web, realmente es cada vez más fácil, existen discrepancias entre sus citas y referencias y otros perfiles públicos, declaran amor a primera vista, interesado en participar en actividades íntimas online rápidamente, crean historias falsas como miembros de la familia que no se encuentran bien, crisis de salud, situaciones urgentes, hacen el cuento de que están en proceso de obtener visas y envían regalos, alguien a quien acabamos de conocer se insinúa.
Algunos de los elementos comunes que observamos en las estafas, amenazan a las víctimas, crean pánico y miedo, establezca un límite de tiempo para las transferencias de dinero (generalmente entre 12 y 24 horas) , el estafador guarda una copia de los actos sexuales y comienza a enviar clips al comienzo de cada conversación, los estafadores envían instrucciones sobre cómo comprar bitcoins y transferirlos, te explican con lujo de detalle cómo te van a chantajear, brindan explicaciones técnicas, crean una sensación de impotencia en sus víctimas.
La reacción de las víctimas es bastante similar, intentan hacer desaparecer esta situación, debido al pánico que genera la difamación social y el estrés emocional.
Siempre tener en cuenta; no desesperarse, no asustarse, el primer paso es reconocer que sos la víctima y que necesitas ayuda. La experiencia pasada muestra que incluso si las víctimas pagan, no hay garantía de que los estafadores paren, guardar y documentar toda la comunicación con el delincuente. Apenas sea posible debes proteger todos los perfiles de redes sociales, configurarlos privados, habilitar la autenticación de dos factores.
Reportar contenido inapropiado en las plataformas de redes sociales, siempre denunciar a la justicia y si sos menor de 18 años, debés hablar con un adulto de confianza y pedir ayuda.
La edad no es una referencia para sentirse a salvo. Hay víctimas de todas las edades. Nunca chatear, tener citas o involucrarse emocionalmente con extraños sin verificar quiénes son. Nunca compartir fotos y videos íntimos en ninguna plataforma online.
Los estafadores suelen tener fotos de perfil falsas, perfiles falsos, motivos poco claros, personas emocionales desequilibradas y comportamiento pasado poco claro, y en su mayoría son personas que buscan solo una relación sexual o que planean extorsionarte por dinero.

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