Condenan a 19 años de prisión al asesino de Mariano Barbieri en Palermo, pero la familia clama por perpetua
Publicado: 28-08-2025
En un fallo que cierra casi dos años de agonía judicial, el Tribunal Oral en lo Criminal N°11 de la Capital Federal condenó hoy a Isaías José Suárez a 19 años de prisión por el homicidio agravado del ingeniero civil Mariano Barbieri, perpetrado en la Plaza Sicilia de Palermo el 30 de agosto de 2023. La sentencia, leída alrededor de las 13 horas en los Tribunales de Lavalle 1171, representa un equilibrio entre las pruebas abrumadoras presentadas por la fiscalía y los argumentos de la defensa, que buscaba la absolución. Sin embargo, para la familia de la víctima, el veredicto llega como un paso insuficiente hacia la reparación de una pérdida irreparable.
El crimen de Barbieri, un profesional de 42 años, padre de un bebé de apenas dos meses y militante de La Libertad Avanza (LLA), conmocionó a la sociedad porteña por su brutalidad en una zona emblemática y segura como los Bosques de Palermo. Esa noche fatídica, Barbieri había salido de una vivienda en Avenida Santa Fe y Malabia para meditar y disfrutar de la luna llena. Sentado en un banco de la plaza, fue abordado por Suárez, un cartonero de 31 años en situación de calle y residente en el Barrio 31 de Retiro, quien intentó robarle su teléfono celular Motorola G7. En el forcejeo que se desató, la víctima recibió una puñalada letal en el tórax con un cuchillo tipo Tramontina, de unos 6-7 centímetros de profundidad, que afectó el pericardio, la pleura y la aurícula derecha del corazón, provocándole una hemorragia interna y un paro cardiorrespiratorio.
Herido de muerte, Barbieri cruzó tambaleante la Avenida del Libertador y entró a una heladería en el cruce con Lafinur, donde, ante el horror de los empleados y clientes, repitió angustiado: «No me quiero morir». Allí, lúcido a pesar del dolor, dio su nombre y hasta su cuenta de Instagram para que lo identificaran. Fue trasladado de urgencia al Hospital Fernández, pero falleció en el quirófano pese a los esfuerzos médicos. El arma homicida, con rastros de sangre de la víctima confirmados por ADN, fue hallada al día siguiente en la misma plaza por un cronista durante una cobertura periodística, mientras que el celular robado nunca apareció, presumiblemente descartado por el agresor para eludir el rastreo.
La investigación, liderada por la fiscalía y la Policía de la Ciudad, fue un rompecabezas de evidencias irrefutables. Más de 15 cámaras de seguridad reconstruyeron el recorrido de Suárez: un trayecto de 56 minutos desde y hacia la escena del crimen, mostrando su aproximación sigilosa y huida apresurada. Un testigo presencial –un vecino que paseaba a su perro a unos 25 metros– lo identificó en una rueda de presos, describiendo con precisión su atuendo: pantalón azul, campera tricolor, gorra y bufanda con manchas de sangre. Además, Suárez presentaba lesiones en manos, hombros, pecho y espalda compatibles con una pelea, datadas en la misma jornada. Su historial delictivo agravó el panorama: al menos seis condenas desde 2013, cinco por robos, hurtos y tentativas con armas en la misma zona de Palermo, y una por violencia de género en 2022, lo que lo declaró reincidente en cinco ocasiones.
El juicio oral, que se extendió por cuatro meses desde abril de 2025, fue presidido por los jueces Julio Pablo Quiñones, Julio López Casariego y Matías Buenaventura, con el fiscal Nicolás Amelotti a cargo de la acusación. En los alegatos finales, Amelotti pidió prisión perpetua por «homicidio agravado criminis causae» –es decir, un asesinato cometido para consumar el robo y asegurar la impunidad, sin posibilidad de libertad condicional–. «Suárez se mueve como pez en el agua en la zona, conoce perfectamente el terreno por sus delitos previos», argumentó el fiscal, destacando que el imputado atacó sin mediar palabra y con saña, lesionando una zona vital de la víctima. La defensa, representada por Ramiro Rúa, solicitó la absolución alegando que las imágenes de las cámaras no eran nítidas y que el testigo presentaba contradicciones; subsidiariamente, pidió homicidio simple o en ocasión de robo, con penas de 8 a 25 años.
En sus últimas palabras ante el tribunal, Suárez, visiblemente sereno pero firme, insistió en su inocencia: «Quieren hacer justicia con una persona inocente. Soy inocente». La sala, en silencio absoluto y sin celulares ni cámaras permitidas, albergaba a la familia de Barbieri: su viuda Maricel Delfina González Flores –madre de su hijo Luca–, su padre Carlos y su hermano Fernando, quienes siguieron cada audiencia con estoicismo. Tras el fallo, Maricel expresó a TN: «Nada devolverá a mi bebé las oportunidades sin su papá, pero esto da esperanza». Fernando, en una entrevista reciente en «Sala de Situación», había calificado el proceso como «agotador pero necesario». La familia celebró el veredicto como un avance, aunque clamó por la perpetua, considerando que 19 años no reflejan la gravedad del acto. Los jueces optaron por una calificación intermedia –homicidio agravado en concurso real con robo agravado por uso de arma–, atenuando la figura de «criminis causae» para evitar la máxima pena, pero reconociendo la reincidencia y las pruebas categóricas.
Suárez, quien cumplirá la pena en una unidad penitenciaria sin acceso pronto a libertad condicional dada su reincidencia, apelará la sentencia, según anticipó su defensa. El caso resalta las grietas en la seguridad de Palermo, un barrio frecuentado por Suárez para sus delitos previos en plazas y avenidas cercanas. El crimen generó una marcha masiva el 8 de septiembre de 2023 bajo el lema «No me quiero morir», que reunió a miles exigiendo mayor protección, y provocó la renuncia del entonces ministro de Seguridad porteño, Eugenio Burzaco.
En redes sociales, el fallo repercutió con fuerza. El empresario liberal Ramiro Marra, amigo de círculos de Barbieri, tuiteó: «Hoy es un día muy importante para todos los liberales. Le envío todo mi apoyo a su familia y espero que se haga justicia». Otros usuarios, como
@La_Pistarini
, recordaron la expectativa: «Hoy a las 13hs sale la sentencia del Juicio por el asesinato de Mariano Barbieri». Medios como Infobae y TN cubrieron el veredicto en vivo, mientras el hashtag #JusticiaporMarianoBarbieri se reactivó, sumando menciones de indignación y llamados a penas más duras.
Este fallo, aunque no cierra la herida, subraya la necesidad de un sistema judicial más resolutivo frente a la reincidencia y la inseguridad urbana. La familia de Barbieri, en su dolor, encuentra un atisbo de luz, pero el eco de «No me quiero morir» sigue resonando como un recordatorio de lo frágil que es la vida en las calles de Buenos Aires.