Jueves 22 de Mayo de 2025

Dia Mundial del ACV. ¿Qué es un ACV?. Detección. Riesgos. Prevención. Diagnóstico. Tratamiento. Consecuencias. Rehabilitación .Informe completo

Publicado: 29-10-2013

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El ataque cerebral, es una afección causada por la súbita pérdida de flujo sanguíneo cerebral (isquémico) o por el sangrado (hemorrágico) dentro de la cabeza.

Cualquiera de las dos situaciones puede provocar que las neuronas se debiliten o mueran, ya que sin oxígeno las células nerviosas no pueden funcionar. Las partes del cuerpo controladas por las regiones del cerebro afectadas, consecuentemente, también dejan de funcionar.

Los efectos de un ataque cerebral son a menudo permanentes, ya que las células cerebrales muertas no se pueden reemplazar.

Afortunadamente, por medio del reconocimiento temprano de los signos de un ataque cerebral y la búsqueda inmediata de atención médica se pueden reducir considerablemente las posibilidades de muerte y discapacidad.

Los nuevos tratamientos sólo funcionan si son aplicados dentro de las tres primeras horas de presentados los síntomas iniciales, entre los que se cuentan:

  • Falta de sensación, debilidad o parálisis repentinas en la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo. Se trata del síntoma más frecuente.
  • Confusión súbita, problemas repentinos para hablar o entender.
  • Problemas repentinos para ver con uno o los dos ojos.
  • Dificultades para caminar, mareo, vértigo, pérdida del equilibrio o falta de coordinación.
  • Dolor de cabeza súbito y de máxima intensidad.                                                                 

Si usted está junto a una persona que ha sufrido un ataque cerebral lo primero que debe hacer es acostarlo con un almohadón o varias almohadas, asegurándose de que evitar que se caiga. La persona debe permanecer sobre uno de sus costados para evitar que la saliva o un eventual vómito se dirijan a la vía respiratoria.

Inmediatamente debe llamar al servicio de emergencias público (SAME o similar) o privado (de su obra social, prepaga o mutual), aclarando al operador que la persona ha sufrido un ataque cerebral, lo que constituye una emergencia neurológica y requiere el envío de una ambulancia con código rojo.

Mientras espera la llegada de la ambulancia no proporcione al paciente ningún tipo de medicación. Debe evitar el uso de aspirina o cualquier medicación habitualmente indicada para el descenso de la presión arterial (antihipertensivos). No debe bajarse la presión arterial ni siquiera cuando la víctima tenga valores inusualmente elevados. Esta es una tarea que solo compete al equipo médico y en el contexto hospitalario adecuado.

Si la persona es diabética, debe controlar su glucosa en sangre mediante la tira reactiva. Solo en el caso de que la glucosa sea menor de 80 mg/dl deberá proporcionarle algún alimento o bebida con azúcar. Para ello la persona deberá estar perfectamente sentada, despierta y con el mentón lo más pegado al tórax posible.

Recuerde y si puede anote la hora exacta de comienzo de los síntomas.

Si bien el riesgo de sufrir un ataque cerebral no puede eliminarse por completo, puede trabajarse para disminuir la probabilidad de sufrir un evento mediante:

 Controles médicos regulares.

Estricto control de la presión arterial.

Abandono total del cigarrillo.

Optimización y seguimiento médico de la dieta.

Ejercicio físico bajo supervisión médica.

Control estricto de la diabetes.

Control y tratamiento de las enfermedades del corazón

Un adecuado diagnóstico de los motivos del ataque cerebral es fundamental para poder prevenir un segundo evento, lo cual es de probabilidad relativamente alta.

Debe hacerse sobre la base de:

  • Entrevista con el paciente y/o testigos del evento, más un profundo examen neurológico.
  • Estudios cerebrales por imágenes (tomografía computada o resonancia magnética).
  • Evaluación de flujo sanguíneo y lugares de sangrado (angiografía por resonancia magnética, angiotomografía, doppler de arterias del cuello y/o transcraneal).
  • Análisis de sangre para detectar alteraciones de la coagulación.
  • Electrocardiograma y ecocardiograma para identificar fuentes de coágulos que pueden viajar hacia el cerebro

 Tratamientos

A realizarse en la Emergencia

  • Compensar al paciente. Asegurarse que tenga una buena presión arterial, que no tenga dificultades para respirar o mantener un oxígeno adecuado en la sangre. Hay que corregir posibles alteraciones de la sangre como la glucosa de estar presentes. Todas estas acciones mejoran el pronóstico del paciente.

  • rt-PA. Se trata de una droga que permite destapar la arteria ocluida cuando se produce un infarto de cerebro. Se debe aplicar dentro de las tres primeras horas de manifestados los síntomas, para lo cual usted deberá llegar un hospital que cuente con un tomógrafo en las primeras dos horas. En algunos casos no es posible aplicarla porque el paciente esta muy grave, tiene sangre en el cerebro o existe alguna otra contraindicación que impide su administración.

Tratamientos diferidos en la internación  

En algunos casos es necesario recurrir a cirugía neurovascular 

  • Cirugía. La cirugía puede requerirse para reparar el daño causado o para prevenir la ocurrencia de un segundo ataque. Por ejemplo, puede ser preciso liberar la sangre de un ataque cerebral hemorrágico o reparar vasos sanguíneos dañados.

  • Otros procedimientos. Algunas personas pueden beneficiarse con la utilización de un catéter para destapar los vasos dañados en el cerebro. Estos son métodos nuevos y no están disponibles en todos los hospitales.

  • Tratamiento de los factores de riesgo. El tratamiento de los principales factores de riesgo vascular como son la presión alta, la diabetes, el colesterol y la obesidad al igual que modificar hábitos de vida no saludables como el sedentarismo y el tabaquismo. Son medidas altamente efectivas para disminuir un nuevo eventos.

  • Antiagregantes o anticoagulantes. Podrán estar indicados de acuerdo al tipo de ataque cerebral y a cual fue el factor que lo desencadenó.

Nuestro cerebro lo controla todo: cómo nos movemos, cómo nos sentimos, cómo pensamos y cómo nos comportamos. Las lesiones al cerebro debidas a un ataque cerebral pueden afectar cualquiera de esas habilidades. Estas son algunas consecuencias posibles:

  • Hemiparesia o hemiplejia (debilidad o parálisis de un lado del cuerpo, respectivamente)
  • Afasia (dificultades con el habla y el lenguaje) o disfagia (dificultad al tragar).
  • Disminución del campo visual y problemas de percepción visual.
  • Pérdida de control de las emociones y cambios de humor.
  • Negación de los cambios causados por la lesión al cerebro.

También existen efectos emocionales: 

Las consecuencias del ataque cerebral generan además problemas de tipo emocional, como depresión y frustración 

  • Depresión.
  • Apatía y falta de motivación.
  • Cansancio.
  • Frustración, enojo y tristeza.
  • Llanto involuntario.
  • Trastornos cognitivos (problemas de memoria, juicio, solución de problemas).
  • Cambios en la conducta

En la mayoría de los casos, los pacientes efectivamente mejoran. Es importante recordar que los efectos de un ataque cerebral son peores inmediatamente después de ocurrido el evento. A partir de entonces, la velocidad y calidad de las mejoras dependen de la extensión de la lesión cerebral y del éxito del tratamiento y la rehabilitación.

Algunos puntos importantes a tener en cuenta:

  • La recuperación comienza una vez finalizado el ataque y cuando el paciente está médicamente estable.

  • Algunas mejoras son espontáneas y dependen de cómo funciona el cerebro después de la lesión.

  • Los programas de rehabilitación para personas con ataques cerebrales ayudan a mejorar las capacidades y aprender nuevas destrezas y técnicas para adaptarse.

  • La depresión que sigue a un ataque cerebral puede interferir con la rehabilitación. Es importante tratarla.

  • Las mejoras suelen ocurrir más rápido durante los primeros meses después del ataque, y luego siguen con el esfuerzo y dedicación continuos a través de los años.