Sábado 15 de Noviembre de 2025

El Gobierno ratifica el dólar como ancla antiinflacionaria para acelerar la desinflación en 2026

Publicado: 13-11-2025

El Gobierno nacional, encabezado por el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, reafirmó este miércoles su compromiso con el uso del dólar como principal ancla para combatir la inflación y proyectar una desaceleración más pronunciada en 2026. Durante la Conferencia Anual de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), Caputo defendió la permanencia del esquema de bandas cambiarias, un mecanismo que ajusta gradualmente el tipo de cambio para evitar shocks y estabilizar los precios, en un contexto de superávit fiscal y control estricto de la emisión monetaria.

El anuncio llega en un momento clave para la economía argentina, que busca consolidar los avances logrados en 2025 tras un año de ajustes profundos. Según proyecciones del mercado, la inflación cerrará este año en torno al 30%, para luego descender al 20% en 2026, siempre y cuando se mantenga el control sobre el tipo de cambio. «El esquema de bandas llegó para quedarse», enfatizó Caputo, desestimando las recomendaciones de bancos de inversión de Wall Street que, hasta la semana pasada, abogaban por una flotación libre del dólar.
Un crawling peg controlado para «dormir tranquilos»

El sistema de bandas cambiarias, que opera con un ajuste mensual del 1% en el techo de la banda –similar a un crawling peg que se extenderá hasta marzo de 2026–, se posiciona como la herramienta estrella contra la inflación. Este mecanismo, que mantiene el crawling por debajo de la inflación de octubre (2,3% según el INDEC), ha logrado desacoplar las variaciones del dólar de los precios generales este año. «Los argentinos pueden dormir tranquilos, porque no van a haber sobresaltos en el dólar de noche a la mañana», ironizó Caputo durante su exposición en el evento de FIEL, realizado el 12 de noviembre.

La política económica del Gobierno se sustenta en el superávit fiscal primario y la restricción en la emisión monetaria para cubrir las necesidades del Tesoro, lo que ha evitado que el aumento del dólar impacte directamente en la inflación. Sin embargo, no todo es color de rosa: la inflación mayorista se ha mantenido por encima del 3% en los últimos dos meses, impulsada por el encarecimiento de insumos importados. Esta brecha con la inflación minorista podría retrasar la desaceleración en los próximos dos o tres meses, ya que las empresas, con márgenes comprimidos, buscan recomponer ganancias a través de aumentos selectivos en precios, dependiendo de la evolución de las ventas.

Caputo destacó la competitividad del tipo de cambio, respaldada por récords en exportaciones de bienes y en la economía del conocimiento. En este sentido, el dólar minorista (o blue-chip swap) registró una baja reciente, pasando de $1.445 a $1.435, en medio de un proceso de remonetización postelectoral. La demanda de dólares se mantiene extremadamente baja, con ahorristas liquidando posiciones para cubrir gastos cotidianos, a pesar de una oferta limitada. Aunque circuló un rumor sobre un posible aumento del ajuste mensual a 1,5% tras una reunión de Caputo en Nueva York, el Gobierno no lo confirmó oficialmente.
Advertencias y el desafío de las reservas
El exministro de Economía Domingo Cavallo, quien participó en la misma conferencia de FIEL, respaldó la estrategia pero lanzó una advertencia clara: para sostener las bandas cambiarias, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) debe priorizar la acumulación de reservas y la liberación de las trabas cambiarias restantes. En las semanas previas a las elecciones, el Tesoro de Estados Unidos aportó dólares ante la escasez de reservas argentinas, mientras que el BCRA utilizó solo una porción de los USD 14.000 millones provenientes del préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El presidente Milei acompañó a Caputo en la ratificación de la política, enviando un mensaje de unidad que busca disipar dudas en un año marcado por la volatilidad postelectoral. Analistas coinciden en que el éxito de esta hoja de ruta dependerá de la disciplina fiscal y de la capacidad para atraer divisas, en un escenario donde la remonetización de la economía podría impulsar un rebote en el consumo y la inversión.
Con este enfoque, el Gobierno de Milei evoluciona su plan de «shock» inicial hacia una fase de mayor predictibilidad, apostando a que el dólar controlado no solo frene la inflación, sino que siente las bases para un crecimiento sostenido más allá de 2026. Para los hogares argentinos, la promesa es clara: menos incertidumbre en el bolsillo y un horizonte de precios más predecible.