El Tribunal Supremo de Brasil abrió un proceso contra Bolsonaro por intento de golpe de Estado
Publicado: 26-03-2025
El Tribunal Supremo Federal de Brasil decidió este miércoles, por unanimidad, abrir un proceso penal contra el expresidente Jair Bolsonaro y otros siete acusados por tramar un golpe de Estado por el asalto a los tres poderes de Brasil, en enero de 2023.
Tres miembros de un panel de cinco jueces de la Corte Suprema votaron este miércoles a favor de enjuiciar al expresidente de ultraderecha por liderar una conspiración en el asalto a los tres poderes de Brasil, en enero de 2023.
El juez instructor del caso, Alexandre de Moraes, consideró este miércoles que hay «materialidad» e «indicios razonables» en la acusación que presentó la Fiscalía señalando a Bolsonaro como líder de la trama golpista, y dijo que la denuncia detalló la participación del exjefe de Estado en los actos citados.
El juez fue el primero de los cinco magistrados de la Sala Primera del Supremo en votar contra el exmandatario y otros siete acusados por la Fiscalía -denominado el núcleo de la conspiración golpista- en el que figuran militares de alto rango y antiguos ministros del Gobierno del ultraderechista (2019-2022).
El magistrado Flávio Dino, segundo en tomar la palabra en la sesión, acompañó el voto del instructor y solicitó la apertura del juicio penal.
Un tercer juez también se pronunció por po el juicio penal, lo que determinó la mayoría.
Bolsonaro y siete personas más, denunciados por intento de golpe de Estado
Todos los acusados fueron denunciados por «abolición violenta del Estado democrático de derecho, intento de golpe de Estado, implicación en organización criminal armada, daño calificado y deterioro de patrimonio».
Durante su intervención, el magistrado instructor consideró que las denuncias contra los ocho acusados proceden y están bien sustentadas, por lo que votó por la apertura de un juicio penal contra los mismos.
Al argumentar su posición en la audiencia, el juez instructor reconoció el liderazgo del ex jefe de Estado en la presunta trama golpista y dijo que los hechos quedaron descritos «en forma detallada» y «satisfactoria» por la Fiscalía.
«Tuvimos un intento de golpe de Estado violentísimo (…) una violencia salvaje, con petición de intervención militar para un golpe de Estado», dijo De Moraes al argumentar su voto en la audiencia en la que se decidía si se abre un juicio contra Bolsonaro.
El juez sostuvo que «la organización criminal siguió todos los pasos necesarios para derrocar al gobierno legítimamente electo» en un objetivo que «no se concretó» por «la resistencia de los comandantes del Ejército y la Fuerza Aérea las medidas de excepción».
Según la acusación, la conspiración desembocó en la invasión violenta las sedes del Supremo, el Congreso y la Presidencia, pocos días después de la toma de posesión de Lula.
Qué implica el proceso
El proceso iniciado es contra el llamado núcleo 1 de la trama, identificada por la Policía Federal (PF) e informada por la Procuraduría General de la República (PGR), que incluye a exministros estatales, un diputado federal y militares de alto rango, acusados ??de orquestar un atentado contra la democracia.
Con más de 30 personas reportadas en total, el caso fue dividido en grupos para facilitar el análisis. Este primer juicio involucra a los principales organizadores, cuya responsabilidad, según la PGR, fue crucial en el intento de golpe de Estado.
Entre los acusados ??se encuentran figuras clave del gobierno de Bolsonaro, como el exministro de la Casa Civil y de Defensa, general Walter Braga Netto, el exministro del Gabinete de Seguridad Institucional, general Augusto Heleno, el exministro de Defensa, general Paulo Sérgio Nogueira, y el excomandante de la Marina, almirante Almir Garnier. Todos están identificados como miembros del grupo que supuestamente planeó medidas para deslegitimar las elecciones y justificar la intervención.
Luego de esta etapa, el proceso pasará al juicio de fondo, y se espera que concluya este año, pues el Poder Judicial quiere evitar que continúe en medio de la coyuntura electoral de 2026.
Como gesto de querer presentar a su base social una postura de no cobardía, Bolsonaro decidió presentarse en el STF para seguir el juicio. Tras la partida de Eduardo Bolsonaro a Estados Unidos, existía el temor de que el clan pudiera quedar marcado por una actitud temerosa, algo que Bolsonaro intentó evitar, aunque siempre se presentó como una víctima.
La misma justicia que le abrió el camino a Bolsonaro
El ascenso político de Bolsonaro fue ungido por el Supremo Tribunal Federal, que le allanó el camino con la detención arbitraria de Lula, impidiéndole incluso dar entrevistas en 2018. Ahora, con Bolsonaro demostrando ser una figura excesivamente desestabilizadora, el Supremo Tribunal Federal está corrigiendo su rumbo, suavizando las asperezas de sus acciones, pero manteniéndose como garante de un orden político-jurídico agresivo contra las condiciones de vida de la mayoría popular.
Como señala Danilo París, editor de políitca en Esquerda Diario, parte de la Red Internacional La Izquierda Diario en Brasil: «En un país de impunidad militar, después de tantas incursiones autoritarias en la vida política nacional, muchos sentirán alivio con Bolsonaro y su séquito de generales, sargentos y aliados sentados en el banquillo de los acusados. Al mismo tiempo, nunca debemos olvidar que el Poder Judicial y los militares son dos pilares de un régimen político más que podrido. Es una cuestión de primer orden derrotar a la extrema derecha desde sus raíces. Este proyecto fue apoyado por el poder judicial que garantizó la implementación y mantenimiento de todas las contrarreformas y la aniquilación de los pocos derechos que quedaban en la Constitución de 1988» (….) «La extrema derecha demuestra, con Trump y sus aliados, como Milei, que no cejará en la lucha por su proyecto reaccionario. Éstos son los que seguirán buscando fortalecer la figura que esté mejor posicionada para llevar a cabo su ideología» (…) «Con Bolsonaro o un nuevo representante de extrema derecha que él apoye, el programa ultrarreaccionario de estos sectores seguirá siendo una amenaza para los trabajadores, las mujeres, los negros, los indígenas y los LGBTQIAP+. Por ello, es necesario preparar una fuerza social capaz de enfrentar estos ataques, sin la conciliación de clases del Frente Amplio, que gobierna actualmente y que sigue fortaleciendo a estos mismos sectores».
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