Empresas alimenticias ajustan precios tras la suba del dólar: ¿Cuánto aumentarán los productos en agosto?
Publicado: 04-08-2025
La reciente escalada del dólar, que en julio acumuló un incremento del 13% frente al peso, ha puesto en alerta al sector de consumo masivo. Esta semana, las principales compañías alimenticias, de bebidas y de productos de higiene y limpieza definirán las nuevas listas de precios para agosto, con ajustes que podrían llegar hasta el 8%. En un contexto de consumo deprimido y con las elecciones legislativas de octubre en el horizonte, las negociaciones entre empresas y supermercados prometen ser intensas, mientras el gobierno busca contener el impacto inflacionario.
Aumentos en marcha: el impacto del dólar
El salto del dólar oficial, que cerró julio cerca de los $1.380 y se aproxima al techo de la banda cambiaria de $1.460, ha reactivado las remarcaciones de precios en productos de primera necesidad. Empresas líderes como Unilever (Hellmann’s, Knorr, Dove), Mondelez (Oreo, Milka, Tang) y SC Johnson (Raid, Glade, Mr. Músculo) ya enviaron listas con incrementos que oscilan entre el 4% y el 8%. En el caso de las aceiteras, como Aceitera General Deheza y Molinos Cañuelas, los ajustes rondan el 5% al 7%, impulsados por el costo dolarizado de materias primas como el girasol. Los farináceos, como harinas, fideos y galletitas, también registran subas de entre 2% y 4%, mientras que los lácteos, como los productos de La Serenísima y Danone, muestran ajustes más moderados, entre el 2% y el 4%.
“La materia prima, como el girasol, representa el 80% del costo en una botella de aceite, por lo que el aumento del dólar impacta directamente. Sin embargo, no se traslada la totalidad del incremento para no afectar aún más el consumo”, explicó una fuente de una aceitera. En tanto, productos con alta incidencia de costos logísticos, como lácteos, papel higiénico y rollos de cocina, podrían enfrentar ajustes adicionales si los combustibles y servicios continúan subiendo.
Negociaciones y resistencia en el sector comercial
Los supermercados y mayoristas, representados por la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM) y la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), han mostrado resistencia a aceptar estas nuevas listas de precios. “Estamos en una etapa de negociación. Será clave lo que ocurra esta semana con el tipo de cambio y los costos asociados para decidir si estos aumentos se trasladan a las góndolas”, señaló Armando Farina, vicepresidente de CADAM. Los comercios buscan que los ajustes se acerquen más al 5% que al 10%, en un esfuerzo por proteger al consumidor en un contexto de caída del consumo masivo, que en marzo registró una contracción del 5,4% interanual, según la consultora Scentia.
En Córdoba, Víctor Palpacelli, presidente de la Cámara de Supermercados y Autoservicios local, aseguró que, por el momento, no han recibido listas con aumentos significativos relacionados con el dólar, aunque anticipó que hacia el fin de la semana se podría notar un impacto. “El consumo sigue paralizado, y cualquier suba abrupta podría agravar la situación”, advirtió.
El rol del gobierno y la presión electoral
El gobierno de Javier Milei, atento a la proximidad de las elecciones, busca evitar un nuevo pico inflacionario. El ministro de Economía, Luis Caputo, ha celebrado en redes sociales la resistencia de los supermercados a aceptar aumentos “especulativos”, como ocurrió en abril cuando señaló a Molinos Río de la Plata y Unilever por intentar aplicar subas de hasta el 12%. Tras críticas públicas, Molinos suspendió sus incrementos, una estrategia que el gobierno espera replicar. “No hay lugar para oportunistas”, afirmó el subsecretario de Defensa del Consumidor, Fernando Blanco Muiño, respaldando la postura de los comercios.
El Banco Central, por su parte, ha tomado medidas para absorber pesos del mercado mediante un aumento de los encajes bancarios, con el objetivo de frenar la presión sobre el dólar. Sin embargo, la incertidumbre cambiaria y la volatilidad del tipo de cambio mantienen en vilo a las empresas, que recalculan costos ante contratos con cláusulas de devaluación y materias primas dolarizadas.
Un consumo bajo presión
El escenario económico no es alentador para los consumidores. El poder adquisitivo sigue deteriorándose, con salarios formales que, entre noviembre de 2023 y abril de 2025, perdieron un 6,5% en términos reales. La inflación acumulada en el año, según estimaciones privadas, supera el 16%, y la canasta básica para una familia tipo en Córdoba alcanzó los $616.285 en julio, un 26,91% más que el año anterior. En este contexto, las empresas enfrentan el dilema de ajustar precios para cubrir costos sin perder más volumen de ventas, mientras los supermercados priorizan mantener precios accesibles para no agravar la caída del consumo.
A medida que avanza la semana, el mercado espera definiciones sobre cómo se trasladarán estos aumentos a las góndolas. Con un dólar cerca del techo de la banda cambiaria y un consumo masivo que acumula 16 meses en rojo, las decisiones de las alimenticias y los comercios marcarán el pulso de la inflación en agosto, en un delicado equilibrio entre costos, competencia y las expectativas de los consumidores.