HASTA SIEMPRE DON JULIO ERNESTO VILA. MURIO UN HOMBRE QUE AMABA SER PERIODISTA TANTO COMO EL BOXEO
Publicado: 28-04-2013
Julio Ernesto Vila, maestro de periodistas y escriba que dedicó la mayor parte de sus profundos conocimientos a la difusión del boxeo, falleció hoy, a los 74 años, en la ciudad de Buenos Aires.
Los restos del infortunado periodista serán cremados mañana en el cementerio de la Chacarita.
Desde hacía algunas temporadas, la `Hormiga`, tal como se la conoció en el ambiente del «noble deporte de los puños», se encontraba alejado de la actividad del comentario: un poco por decisión propia y otro poco por una enfermedad que había minado su salud.
«Nunca pensé que el boxeo terminaría tan degradado en mi vida. Mi luto seguirá hasta el final, esto no tiene vuelta», dijo oportunamente, cuando ya se había alejado de la pantalla de TyC Sports, en donde solía dar cátedra, sábado a sábado, con la compañía de Osvaldo Príncipi, uno de sus entrañables amigos.
Vila nació el 18 de junio de 1938 en Villa Dolores, provincia de Córdoba. Fue hijo de un farmacéutico y una directora de escuela, que falleció cuando él solamente tenía seis años.
Entonces, su padre se trasladó a Buenos Aires y le inculcó al pequeño Julio su pasión por el boxeo. En 1945 observó su primera pelea en el Luna Park.
«Ese día Senatore noqueó a su rival en el décimo round, recuerdo hasta el color de su pantalón», recordó Vila, según reprodujo la Revista Sudestada, en uno de los reportajes que le efectuó.
Desde adolescente, el boxeo fue pasión en su vida. De esta manera, su inquietud le permitió competir en un tradicional concurso de preguntas y respuestas, `Odol Pregunta`, en donde el joven Julio no pudo responder correctamente la última incógnita y se perdió de ganar 100 mil pesos.
Entonces, desde radios y distintos medios gráficos porteños se empezó a tomar nota de los conocimientos de un periodista que, sin `pelos en la lengua`, volcaba sus opiniones. A todo ello, Vila le agregaba como hándicap el hecho de poseer una memoria prodigiosa.
«Por algo en la Federación de Box, cada vez que alguien va a buscar algún récord, le dan mi teléfono. Soy la última palabra, si no lo tengo yo no existe», se jactaba, con cierta pero efectiva soberbia.
Su nombre cobró trascendencia y, entonces, empezó a inquietar a los `poderosos`. Así mantuvo una pelea a `rajatabla` con el histórico promotor local, Juan Carlos Lectoure, a quien calificó de «dictador». Por eso, la entrada al Luna Park le fue prohibida durante años.
«Él no me tragaba, yo trabajé 22 años en el Luna pero haciendo periodismo para la gente. El dictador (así llamaba a Lectoure) pretendía que yo me pusiera en la fila de los alcahuetes que le chupaban las bolas», se quejaba.
«Roberto González Rivero y José Sulaimán, el presidente de la Federación de Boxeo, fueron mis ángeles protectores. Por ellos no me morí de hambre. Los demás colegas me dieron la espalda. Me dejaron solo», relató.
Participó también en programas televisivos y en la década del `80, junto a Juan Carlos Altavista, intervino en un envío humorístico, en donde `Minguito` lo bautizó `Hormiga` y lo definió como «agrio, malhumorado y cascarrabia», por su particular temperamento.
Junto al citado Príncipi condujo con éxito desde su comienzo el ciclo `Boxeo de Primera`, durante casi 15 años. Hasta que luego se peleó con productores y directores del envío y se alejó.
Vila se recluyó en su domicilio y casi no tuvo más contacto con la actividad. Pero escribió el libro que es legado, `El Boxeo y yo`, publicado por Ediciones Al Arco, en el cual cuenta vida, anécdotas, hechos históricos y su relación con la actividad pugilística.
«Soy el periodista de boxeo más creíble de norte a sur y de este a oeste. Mi nombre es sinónimo de decencia. Soy el que más sabe del tema en dos siglos en la Argentina, y seguramente en Latinoamérica», se ufanaba.