Israel activa un plan para ocupar Gaza y derrotar a Hamás en medio de crecientes tensiones
Publicado: 08-08-2025
El Gobierno de Israel, liderado por el primer ministro Benjamin Netanyahu, ha dado luz verde a un plan para intensificar la ofensiva militar en la Franja de Gaza, con el objetivo de ocupar el territorio y erradicar al grupo islamista Hamás, considerado terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea. La decisión, aprobada en la madrugada del viernes tras una maratónica reunión de más de diez horas del Gabinete de Seguridad, marca un nuevo capítulo en el conflicto que comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lanzó un ataque sorpresa que dejó 1.200 muertos y 251 rehenes, de los cuales se estima que solo 20 podrían seguir con vida, según inteligencia israelí.
El plan, detallado por la oficina de Netanyahu, se estructura en cinco puntos clave: desarmar a Hamás, liberar a los rehenes, desmilitarizar Gaza, establecer un control de seguridad israelí y crear una administración civil alternativa que excluya tanto a Hamás como a la Autoridad Palestina. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se preparan para tomar el control de la Ciudad de Gaza, la mayor zona urbana del enclave, en una operación que incluye la evacuación de entre 900.000 y un millón de residentes antes del 7 de octubre de 2025, fecha que marca el segundo aniversario del ataque de Hamás.
El jefe del ejército israelí, Eyal Zamir, se reunió este viernes con comandantes del Comando Sur para planificar la expansión de las operaciones terrestres, aunque expresó su oposición al plan de Netanyahu, argumentando que pone en riesgo la vida de los rehenes y sobrecarga a las tropas. Zamir propuso un enfoque alternativo de incursiones puntuales y cerco a ciudades y campos de refugiados, pero su propuesta fue rechazada por el Gabinete, que considera que no garantiza la derrota de Hamás ni el rescate de los cautivos.
La decisión llega en un contexto de grave crisis humanitaria en Gaza, donde más de 61.000 palestinos han muerto, casi la mitad mujeres y niños, y 150.000 han resultado heridos desde el inicio de la ofensiva israelí, según datos del Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás. La ONU ha advertido que el plan de ocupación podría tener “consecuencias catastróficas” para los cerca de dos millones de palestinos, la mayoría desplazados y hacinados en el 12% del territorio no controlado por Israel.
Netanyahu insiste en que la presión militar es la única vía para liberar a los rehenes y desmantelar a Hamás, cuya red de túneles subterráneos sigue siendo un desafío clave. En diciembre de 2023, Israel comenzó a inundar estos túneles con agua de mar, una táctica controvertida por su impacto ambiental y el riesgo para los rehenes que podrían estar retenidos en ellos.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación. Miroslav Jenca, subsecretario general de la ONU, calificó la escalada como “profundamente alarmante”, mientras que organizaciones humanitarias critican el bloqueo de ayuda y los bombardeos a civiles, como el reciente ataque a una escuela en Gaza que dejó 31 muertos, incluyendo 18 niños. A pesar de los esfuerzos de mediación de países como Egipto, Catar y Estados Unidos, Hamás exige un alto el fuego permanente y la retirada israelí como condiciones para liberar a los rehenes, demandas que Israel ha rechazado.
Dentro de Israel, el plan genera división. Voces críticas, incluyendo al jefe del Mossad, David Barnea, y el ministro Gideon Sa’ar, advierten sobre los riesgos para los rehenes y la viabilidad de una ocupación prolongada. En tanto, manifestaciones en Tel Aviv exigen priorizar la liberación de los cautivos.
Con el 75% de Gaza bajo control israelí y una población al borde de la hambruna, el plan de Netanyahu intensifica un conflicto que lleva casi dos años de devastación. La ocupación de la Ciudad de Gaza, si se concreta, podría redefinir el futuro del enclave y del conflicto palestino-israelí, en medio de un delicado equilibrio entre objetivos militares y la creciente presión internacional por un alto el fuego.