Jueves 07 de Agosto de 2025

Julieta Prandi enfrenta a su exmarido en juicio por abuso sexual: “Viví un infierno, quería estar muerta”

Publicado: 06-08-2025

En un testimonio desgarrador, la modelo y conductora Julieta Prandi relató este miércoles 6 de agosto de 2025 ante el Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 de Campana los años de abuso sexual, violencia física y psicológica que asegura haber sufrido a manos de su exesposo, Claudio Contardi, entre 2015 y 2018. En el inicio del juicio por abuso sexual con acceso carnal agravado y violencia de género, Prandi describió un calvario que la llevó a sentirse “anestesiada en vida” bajo el control absoluto de su entonces pareja. “Era un infierno. Me iba a matar si no tenía relaciones. Lo único que quería era estar muerta”, afirmó, visiblemente afectada, en una declaración de casi dos horas que marcó el primer día de un proceso que busca justicia tras años de lucha.

Prandi, separada de Contardi por un biombo para evitar el contacto visual, narró cómo los abusos comenzaron tras el nacimiento de su segundo hijo, Rocco, en 2015, y se prolongaron hasta marzo de 2018, cuando la pareja se mudó de Escobar a Martínez. Según su testimonio, Contardi la sometía a relaciones sexuales forzadas, muchas veces mientras dormía, utilizando frases como “Sos mi mujer, es tu obligación” para justificar sus actos. La modelo describió un entorno de control extremo: no podía manejar, estaba aislada de su familia y amigos, y vivía bajo constantes amenazas contra su vida y la de sus seres queridos. “Me ponía pálida cada vez que él aparecía. Me descomponía del miedo”, relató, detallando cómo el temor la paralizaba y cómo, en su desesperación, llegó a desear no seguir viviendo.

El juicio, presidido por los jueces Daniel Rópolo, Lucía Leiro y Mariano Aguilar, comenzó con la declaración de Contardi, quien negó las acusaciones y afirmó que todas las relaciones fueron “consentidas”, acusando a Prandi de mentir por motivos económicos relacionados con la tenencia de sus hijos, Mateo y Rocco, y cuestiones patrimoniales. Sin embargo, el relato de Prandi, respaldado por una pericia psicológica clave de la Asesoría de la Procuración, fue calificado como “coherente y consistente”. El informe, presentado por la fiscalía a cargo de Christian Fabio, descartó cualquier fabulación y confirmó un diagnóstico de estrés postraumático, corroborado por el psiquiatra Rafael Herrera Milano, quien también testificará en el proceso.

“Viví años de violencia física, psicológica y amenazas de muerte”, afirmó Prandi antes de ingresar al tribunal, acompañada por su pareja, Emanuel Ortega, sus padres y su hermana. La modelo destacó el rol crucial de la terapia en su recuperación y su confianza en la Justicia, aunque expresó su agotamiento tras enfrentar una burocracia judicial que retrasó la causa desde su denuncia en octubre de 2021 en la UFI N° 4 de Escobar. Sobre sus hijos, señaló que no tienen contacto con Contardi desde 2019 y que Ortega asumió el rol paterno en su familia.

El proceso, que continuará este jueves con testimonios de testigos clave como el padre y la hermana de Prandi, el conductor Mariano Peluffo y el psiquiatra Herrera Milano, también estuvo marcado por un cruce entre los abogados. Javier Baños, del equipo de Fernando Burlando que representa a Prandi, cuestionó la negativa de Contardi a someterse a pericias psicológicas y psiquiátricas, mientras que la defensa del acusado, a cargo de Claudio y Tomás Nitzcaner, insistió en su inocencia y solicitó sin éxito la nulidad del proceso.

Con un embargo de $100 millones y una restricción perimetral de 300 metros, Contardi enfrenta una posible condena de hasta 50 años de prisión. Para Prandi, este juicio trasciende lo personal. “Es una oportunidad para que se haga justicia, no solo por mí, sino por todas las que pasamos por esto”, afirmó, respaldada por Burlando, quien destacó la relevancia del caso en la lucha contra la violencia de género. El testimonio de Prandi, cargado de dolor pero también de fortaleza, pone en el centro del debate público la necesidad de escuchar y proteger a las víctimas de abuso, en un proceso que promete mantener la atención del país.