Martes 04 de Noviembre de 2025

Justicia en Córdoba: Prisión preventiva para Pablo Laurta por el doble femicidio de su exesposa y exsuegra

Publicado: 03-11-2025

En un fallo que busca garantizar el proceso judicial y proteger a la sociedad, el Juzgado de Instrucción N° 7 de Córdoba dictó la prisión preventiva para Pablo Andrés Laurta, de 43 años, acusado de perpetrar un doble femicidio en la capital provincial. El hombre permanece detenido desde el 29 de octubre, cuando las autoridades lo apresaron en una causa que conmociona por su saña y el vínculo familiar con las víctimas: su exesposa, Lorena Romero (41 años), y su exsuegra, Ramona «Moni» Núñez (70 años), a quienes habría asesinado a golpes y estrangulamiento en un departamento de barrio Alberdi.

El crimen, ocurrido el 27 de octubre en un inmueble ubicado en calle La Rioja al 500, expone una vez más la persistente sombra de la violencia machista en Argentina. Laurta, quien compartía la propiedad con las mujeres pese a la separación reciente de Romero, ingresó al lugar alrededor de las 20:30 horas y desató una furia descontrolada. Según la reconstrucción fiscal, el agresor atacó primero a su exesposa con puñetazos en el rostro y estrangulación, para luego dirigirse a Núñez, a quien golpeó brutalmente en la cabeza y el torso. Ambas víctimas fueron halladas sin vida por vecinos alertados por los gritos, en un escenario de caos que incluía signos de forcejeo y desorden generalizado.

Un patrón de violencia y un crimen premeditado

Laurta, con antecedentes de agresiones previas hacia Romero –denunciadas en el pasado pero no resueltas con medidas efectivas–, huyó tras el doble homicidio pero fue capturado dos días después en un allanamiento en su posible escondite. La fiscalía, a cargo de la Dra. Soledad Basso, argumentó en la audiencia del lunes que el riesgo de fuga es inminente dada la gravedad de los cargos: homicidio doblemente agravado por el contexto de violencia de género y el parentesco. «Laurta representa un peligro concreto para la integridad de testigos y la comunidad», sostuvo la representante del Ministerio Público Fiscal, respaldada por peritajes que confirman la mecánica violenta del ataque.

La evidencia acumulada es contundente: testimonios de vecinos que oyeron «ruidos fuertes y súplicas», huellas dactilares del acusado en la escena, y mensajes de texto recuperados de los celulares de las víctimas que revelan un clima de temor constante. «Mamá, él está cada vez más violento, no sé qué hacer», habría escrito Romero a una amiga horas antes del fatal desenlace, según fuentes cercanas a la causa. La autopsia determinó que ambas mujeres murieron por asfixia y traumatismos múltiples, con Romero presentando fracturas faciales y Núñez un golpe craneal letal.

El juez Ricardo Rosales Botta, al validar la prisión preventiva, impuso una duración de seis meses, prorrogable, y dispuso el traslado de Laurta a la Unidad de Detención 9 de Bouwer. «No hay lugar para la impunidad en casos como este», declaró el magistrado, enfatizando la necesidad de un juicio oral expedito.

El dolor de una familia destrozada y el clamor por prevención

La noticia del fallo trajo un breve alivio a la familia de las víctimas, que velaron los cuerpos en medio de un mar de rosas blancas y pañuelos verdes, símbolos de la lucha contra la violencia de género. «Lorena y Moni eran el corazón de nuestra casa; este monstruo nos las arrancó por celos y control», expresó con voz quebrada el hijo de Romero y nieto de Núñez, de 18 años, ante los medios a la salida del tribunal. Organizaciones como Mujeres en Lucha Córdoba y el colectivo Ni Una Menos marcharon en silencio frente a la Justicia, exigiendo «leyes que actúen antes del grito final».

Este doble femicidio se suma a una escalofriante estadística: en lo que va de 2025, Argentina registra más de 250 víctimas de violencia fatal contra mujeres, muchas en contextos de ex parejas. El caso de Laurta, con su historial de denuncias ignoradas, reaviva el debate sobre la efectividad de las órdenes de restricción y la sobrecarga del sistema judicial. Mientras la investigación avanza –con allanamientos pendientes en busca de más pruebas–, Córdoba llora a dos mujeres que merecían vivir libres de terror.

La prisión preventiva es un paso, pero la verdadera sentencia vendrá en el banquillo. ¿Cuántas vidas más se perderán antes de que el Estado escuche los susurros de auxilio? La Justicia, al menos hoy, respondió con cadenas.