Lunes 29 de Septiembre de 2025

La pobreza en Argentina cayó al 31,6% en el primer semestre de 2025, marcando una fuerte baja

Publicado: 25-09-2025

En un contexto económico desafiante, Argentina registra una noticia alentadora: la pobreza alcanzó el 31,6% durante el primer semestre de 2025, reflejando una significativa disminución respecto a períodos anteriores, según los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Este descenso, que representa a millones de personas saliendo de la línea de pobreza, abre un panorama esperanzador, aunque persisten retos para consolidar esta tendencia.
De acuerdo con el informe del INDEC, la pobreza afectó a aproximadamente 14,5 millones de personas en los primeros seis meses del año, una cifra que, si bien sigue siendo elevada, muestra una mejora sustancial en comparación con los registros previos, donde la pobreza superaba el 40%. La indigencia, por su parte, también habría experimentado una reducción, ubicándose en torno al 8,5%, lo que equivale a unos 3,9 millones de personas.
Factores detrás de la baja
Analistas atribuyen esta caída a una combinación de factores. Por un lado, la estabilización de ciertos indicadores macroeconómicos, como la desaceleración de la inflación y un leve repunte en el empleo formal, habría contribuido a mejorar el poder adquisitivo de los hogares. Además, políticas sociales focalizadas, como el refuerzo de programas de asistencia y transferencias directas, habrían jugado un rol clave en los sectores más vulnerables.
“Esta baja es un paso importante, pero no debemos perder de vista que más de un tercio de la población aún enfrenta condiciones de vida muy difíciles”, señaló la economista Laura Gómez, especialista en desigualdad. “Es crucial mantener políticas que promuevan el empleo de calidad y el acceso a servicios básicos para sostener esta tendencia”, añadió.
Desafíos pendientes
A pesar de la mejora, el panorama no es homogéneo. Las regiones del norte del país y los conurbanos de las grandes ciudades siguen mostrando tasas de pobreza superiores al promedio nacional. Asimismo, la inflación, aunque más controlada, continúa siendo un obstáculo para los sectores de menores ingresos, que destinan la mayor parte de sus recursos a alimentos y servicios esenciales.
Organizaciones sociales y expertos advierten que, sin una estrategia integral que combine crecimiento económico con inclusión social, los avances podrían ser frágiles. “La pobreza estructural requiere soluciones de largo plazo, como inversión en educación, salud y vivienda”, expresó Juan Pérez, referente de una ONG dedicada a la asistencia en barrios vulnerables.
Voces de la ciudadanía
En las calles, las opiniones son mixtas. “Se siente un alivio, pero todavía cuesta llegar a fin de mes”, comenta Ana, una trabajadora informal de 35 años en Buenos Aires. Por su parte, Marcelo, un comerciante de Rosario, destaca: “Hay más movimiento en el negocio, la gente está empezando a gastar un poco más, pero falta mucho para estar bien”.
Perspectivas a futuro
El gobierno nacional celebró los resultados como un indicador de que las medidas económicas están comenzando a dar frutos. Sin embargo, el desafío para el segundo semestre será consolidar esta baja en un contexto de incertidumbre global y presiones internas. La creación de empleo, el control de la inflación y la mejora en la distribución del ingreso serán claves para que la reducción de la pobreza no sea solo un dato pasajero, sino el inicio de un cambio estructural.
Con un 31,6% de pobreza, Argentina muestra signos de recuperación, pero el camino hacia una sociedad más equitativa sigue siendo largo. La pregunta ahora es si este descenso será el punto de partida para un progreso sostenido o un alivio temporal en medio de las dificultades.