Misiones: tras cuatro días de rebelión policial, Hugo Passalacqua no logra desactivar el reclamo

La negociación con el jefe de la Policía no prosperó. Cuarto intermedio y crisis en la calle. Personal de Salud se sumó a la protesta. El peso del ajuste.

El gobierno de Hugo Passalacqua retomará este lunes las negociaciones con el jefe de la Policía de Misiones, Sandro Martínez, después de que fracasaran los intentos oficiales del fin de semana por desactivar el campamento frente al comando radioeléctrico en Posadas en reclamo de una actualización salarial para la fuerza. La protesta tiene en vilo a la provincia desde el viernes y está cruzada por las marchas docentes y del pesonal de la salud, que decidió sumarse a la revuelta policial.

Este domingo, los policías rechazaron un incremento del 15% ofrecido por el Ejecutivo y la negociación pasó a un cuarto intermedio que se extiende hasta el mediodía de este lunes.

En el cuarto día de protesta de la Policía sobre la avenida Uruguay para pedir un mayor incremento salarial y «amnistía» a las personas sancionadas por las manifestaciones, el suboficial Germán Palavecino remarcó que «la policía de Misiones no paró» y advirtió que en los últimos seis meses perdieron «más del 50% de la capacidad de compra». «Estamos haciendo una acampe frente a la división comando. Si bien es multitudinario, se garantiza la seguridad en la provincia», detalló el policía este lunes a radio Con Vos.

La protesta se transformó en un dolor de cabeza para el gobierno del Frente Renovador para la Concordia que hegemoniza el poder desde hace dos décadas en Misiones. El estallido del viernes trajo el recuerdo del levantamiento policial de 2012, cuando gobernaba Maurice Closs. Sin embargo, en el conflicto actual se cuela el pacto del gobernador Passalacqua con la gestión de Javier Milei, porque la motosierra libertaria empieza a sentirse en la economía misionera, mientras la bancada renovadora se asocia a La Libertad Avanza en el Congreso. Aunque la protesta policial se lleva los titulares, los reclamos salariales de varios sectores confluyen en medio del ajuste.