Pequeño J se niega a la extradición: El caso del triple feminicidio que sacude a Argentina y Perú
Publicado: 03-10-2025
Tony Janzen Valverde Victoriano, alias Pequeño J, presunto narcotraficante peruano de 20 años y señalado como autor intelectual del brutal triple feminicidio en Florencio Varela, Argentina, rechazó hoy la extradición simplificada durante una audiencia judicial en Lima. Su decisión prolonga el proceso para enfrentar cargos por el asesinato de Lara Gutiérrez (19), Brenda del Castillo (19) y Morena Verdi (17), cuyos cuerpos fueron hallados descuartizados y enterrados en un pozo en Buenos Aires el pasado 24 de septiembre.
Un caso que cruza fronteras
El caso, que ha conmocionado a la opinión pública de ambos países, comenzó entre el 19 y 23 de septiembre en una vivienda de la calle Chañar 702, Florencio Varela. Las jóvenes fueron torturadas, asesinadas y ocultadas en un pozo en el patio, en un crimen vinculado al robo de drogas dentro de la organización criminal liderada por Pequeño J. Según la investigación, el móvil estaría relacionado con el narcotráfico y el sicariato, actividades que el joven, hijo de un capo peruano y admirador de Tony Montana (Scarface), dirigía con mano dura.
Tras el hallazgo de los cuerpos, una cacería internacional coordinada por la Policía Bonaerense, Interpol y la Policía Nacional del Perú (PNP) llevó a la captura de Pequeño J el 1 de octubre en Pucusana, al sur de Lima. Había ingresado a Perú vía Bolivia, huyendo de Argentina, y fue rastreado por la señal de sus celulares. Su presunto lugarteniente, el argentino Matías Agustín Ozorio (28), también fue detenido en el norte de Lima y expulsado hoy a Buenos Aires, donde se negó a declarar ante el fiscal Adrián Arribas.
Audiencia en Lima: “No me someto”
En la audiencia de control de identidad ante el juez Cristhian Rafael Chumpitaz Pariona, Pequeño J proclamó su inocencia: “No tengo nada que ver con eso, en Argentina quieren meterme preso sin pruebas”. Su abogado, Marcos Sandoval, argumentó que su cliente merece libertad condicional por arraigos laborales y familiares en Trujillo, su ciudad natal, y apeló al “principio de humanidad” debido a su juventud. Sin embargo, el Ministerio Público Fiscal peruano solicitó prisión preventiva, y el joven permanecerá detenido en un penal mientras se resuelve el juicio de extradición formal, un proceso que podría extenderse hasta 60 días.
La negativa de Pequeño J a aceptar la extradición simplificada complica los esfuerzos de Argentina por llevarlo ante la Justicia por homicidio calificado con alevosía y ensañamiento en contexto de narcotráfico. La solicitud formal de extradición, respaldada por una alerta roja de Interpol emitida el 28 de septiembre, ya está en manos de la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Perú.
Cooperación internacional y avances en Argentina
El caso destaca por la rápida coordinación entre las autoridades de ambos países. La ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, celebró la captura como un ejemplo de “cooperación efectiva” contra el crimen transnacional. En Argentina, la investigación avanza con nueve detenidos, incluyendo a la novia de Pequeño J, y tres prófugos aún buscados. Allanamientos recientes y el análisis de celulares incautados prometen nuevas pistas.
Las familias de las víctimas, devastadas, expresaron alivio por los arrestos, pero también frustración por las demoras en el proceso de extradición. “Queremos justicia, que pague por lo que hizo”, declaró un familiar de Morena Verdi a medios locales.
Un perfil alarmante
Pequeño J, líder de una red criminal de tercera generación, representa la nueva cara del narcotráfico en la región. Su admiración por Tony Montana y su estilo de vida ostentoso, documentado en redes sociales, contrastan con la brutalidad de los crímenes que se le imputan. Las autoridades peruanas lo describen como un “pez gordo” en ascenso, cuya captura envía un mensaje claro a las organizaciones criminales.
Mientras el proceso de extradición sigue su curso, el caso de Pequeño J pone en el centro del debate la lucha contra el narcotráfico y la violencia que atraviesa fronteras. La Justicia peruana tiene ahora la palabra, y Argentina espera que el presunto líder narco enfrente pronto un juicio por uno de los crímenes más aberrantes de los últimos años.