«Sentí que era un pozo», dijo la mujer acusada de atropellar y matar a su novio en San Rafael
Publicado: 14-08-2018
Con grandes lentes de visión de marco negro, enfundada en un tapado del mismo color y con una camisa blanca, Julieta Silvase sentó en el banquillo de los acusados, visiblemente angustiada, con ojeras y el rosto pálido. Hoy comenzó en San Rafael, en el sur de la provincia de Mendoza , el juicio contra la mujer de 30 años acusada de haber arrollado con el auto y matado a su novio, el rugbier Genaro Fortunato, de 25, la madrugada del 9 de setiembre del año pasado.
Está previsto que el debate, tras los alegatos y la participación de más de 50 testigos, culmine el lunes 27 de este mes, con una sentencia que deberá definirse entre dos calificaciones: homicidio culposo u homicidio simple con dolo eventual. Es deci: si se trató de un trágico hecho involuntario, en el que habría tenido incidencia una afección oftalmológica que padece la acusada, o de una acción en la que la mujer debió figurarse la posibilidad de concretar un acto criminal.
En su declaración frente al tribunal, integrado por Rodolfo Luque, Julio Bittar y Eugenia Laigle, Silva reiteró su inocencia y sostuvo que el hecho no fue intencional. «Sentí que era un pozo y seguí manejando», resaltó la imputada. «Siempre usaba mis lentes. Esa noche no los usé porque Genaro iba a manejar», agregó la acusada, quien confirmó que conocía a la víctima desde hacía tres años, pero que la relación sentimental entre ellos llevaba tres meses.
Durante su relato, la mujer comentó lo ocurrido la noche del suceso, en la que decidieron ir con unos amigos al boliche La Mona. Previo a eso, Silva contó que antes de ir a la discoteca habían planeado ir a cenar con Genaro a un restaurante alejado de la zona céntrica de San Rafael, pero que finalmente desistieron porque se avecinaba una tormenta.
La joven contó que, así las cosas, su novio manejó hacia La Mona y al llegar se encontraron con amigos y conocidos, entre ellos, quienes le habían vendido el auto a Julieta, lo que molestó al joven. Es más, momentos después, dentro del local bailable y con algunos tragos de más, se produjeron empujones entre los varones, por lo que un amigo de Julieta debió separarlos.