Tensión en el peronismo bonaerense: La carta de Cristina Kirchner sacude el gabinete de Kicillof y pone en jaque a sus ministros leales
Publicado: 31-10-2025

En un nuevo capítulo de las divisiones internas que azotan al peronismo argentino, la reciente carta abierta de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner ha desatado una crisis en el gobierno provincial de Axel Kicillof. En el texto, la líder del Partido Justicialista responsabiliza directamente al gobernador bonaerense por la derrota electoral del 26 de octubre, atribuida a la decisión de desdoblar los comicios provinciales de los nacionales. El impacto se siente con fuerza en La Plata, donde el malestar entre funcionarios ha escalado hasta cuestionar la permanencia de los ministros alineados con el «kirchnerismo duro».
La misiva de CFK, difundida en las últimas horas, no solo repasa los errores estratégicos de la campaña, sino que invita a una reflexión profunda sobre la unidad peronista, un valor que la exmandataria defiende a ultranza. «Sigo sosteniendo el valor de la unidad como instrumento político de construcción», escribió Kirchner, al tiempo que criticó el «error político» de adelantar las elecciones en Buenos Aires. Según su análisis, esta movida generó un «efecto devastador» para el peronismo a nivel nacional, al permitir un reagrupamiento del voto antiperonista en las legislativas de octubre. «No lo digo con el diario del lunes, como suelen hacer los ‘expertos y analistas'», enfatizó, recordando que ya había advertido en privado sobre los riesgos de la estrategia.
El escrito ha caído como un balde de agua fría en el entorno de Kicillof, quien enfrenta ahora presiones cruzadas. Fuentes cercanas al gobernador revelaron a este medio que la carta «no causó sorpresa», ya que repite «argumentos amañados» instalados desde el sector kirchnerista tras los comicios. «Estos argumentos son desmentidos por la realidad: la estrategia de septiembre funcionó y la de octubre no. No solo en la provincia, sino en todo el país», argumentaron desde La Plata, defendiendo la decisión de desdoblamiento como un acierto inicial que se torció por factores externos.
Un gabinete en la cuerda floja
El verdadero epicentro de la tormenta se encuentra en el Ejecutivo provincial, donde el gabinete de Kicillof refleja las fracturas del peronismo bonaerense. El equipo incluye representantes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF) del propio gobernador, La Cámpora, el Frente Renovador de Sergio Massa –con Martín Marinucci al frente del Ministerio de Transporte– y un núcleo de ministros leales a Cristina Kirchner. Precisamente estos últimos son los que hoy ven tambalear su continuidad: Juan Martín Mena (Justicia y Derechos Humanos), Nicolás Kreplak (Salud), Daniela Vilar (Ambiente), Florencia Saintout (Instituto Cultural), Marina Moretti (Instituto de Previsión Social) y Homero Giles (IOMA).
Desde el círculo íntimo de Kicillof, el desafío es directo: «Si son tan leales, que se vayan, pero no va a suceder». Un ministro provincial alineado con el gobernador fue aún más gráfico: «Ayer Milei lo dejó afuera de la reunión, hoy Cristina lo ataca frontalmente. Todo dicho. Nosotros tenemos que sostener la Provincia y poner un presidente peronista en 2027». Estas declaraciones reflejan la percepción de un «doble frente» contra Kicillof: el Gobierno nacional de Javier Milei y el ala dura del peronismo.
Intendentes exigen un quiebre con el kirchnerismo
El viernes próximo, Kicillof se reunirá con un grupo de intendentes afines, bajo el paraguas del Movimiento Derecho al Futuro. El encuentro, originalmente previsto en dependencias oficiales, se trasladó al Parque Pereyra Iraola por razones de seguridad tras los recientes sucesos electorales. Allí, varios jefes comunales planean presionar al gobernador para que acelere el «divorcio político» con el kirchnerismo más radical. «Profundizar el quiebre y armar para el 2027», es el mantra que se escucha en los pasillos municipales, según fuentes consultadas.
Este reclamo no surge de la nada: la derrota en Buenos Aires contrasta con los triunfos de otros gobernadores peronistas en sus distritos, lo que pone en evidencia las grietas locales. Mientras tanto, CFK insiste en la necesidad de unidad, pero su carta ha profundizado las heridas, dejando al peronismo bonaerense en un limbo de lealtades divididas.
¿Hacia un peronismo renovado o una ruptura irreversible?
A medida que se acerca el fin de semana, la incertidumbre reina en La Plata. La carta de Kirchner no solo cuestiona el liderazgo de Kicillof, sino que invita a un replanteo estructural del espacio. ¿Renunciarán los ministros leales para preservar su alineación con la expresidenta? ¿O el gobernador optará por una reestructuración que priorice la gobernabilidad provincial? Por ahora, el silencio oficial contrasta con el ruido de fondo: el peronismo bonaerense, clave para las batallas nacionales, se tambalea en vísperas de un 2027 que ya asoma como un campo minado.
Este episodio suma a una serie de roces que datan de meses atrás, exacerbados por la polarización con el Gobierno de Milei. Mientras tanto, la expresidenta mantiene su influencia intacta, recordando que «la excepción de lo ocurrido en la Provincia de Buenos Aires –la derrota a diferencia de otros gobernadores peronistas– obedece a un error político». El balón, ahora, está en la cancha de Kicillof.