Tensión Federal: Axel Kicillof denuncia exclusión de reunión con Milei y advierte sobre «No es una buena señal»
Publicado: 01-11-2025

En un duro mensaje dirigido al presidente Javier Milei, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, cuestionó su exclusión de una reciente reunión de gobernadores en la Casa Rosada, calificada como «no una buena señal» y un «gesto antidemocrático contrario al espíritu federal». La misiva, enviada este sábado, llega en un contexto de creciente polarización política tras las elecciones nacionales del 26 de octubre, donde el oficialismo fortaleció su posición, pero enfrenta críticas por el impacto económico en las provincias.
Kicillof, uno de los referentes opositores más firmes al gobierno libertario, argumentó en su carta que la convocatoria limitada a los firmantes del Pacto de Mayo ignora a las provincias que representan «más del 40% de la población argentina». «Los gobernadores que las conducimos fuimos elegidos democráticamente, al igual que usted, para defender los intereses de nuestros pueblos», escribió el peronista, enfatizando la necesidad de un diálogo inclusivo que trascienda alineamientos políticos.
La reunión, realizada en la sede presidencial, se centró en discutir la agenda económica y las reformas impulsadas por Milei, pero dejó fuera a distritos clave como Buenos Aires, el más poblado y productivo del país. Según Kicillof, esta exclusión no solo margina a opositores, sino que socava el federalismo al priorizar «enemigos» en la mesa de negociación. «Si realmente desea abrir un diálogo con quienes piensan distinto y priorizan los intereses de todos los argentinos, le digo con total claridad: no es buena señal excluir a los gobernadores que considera ‘enemigos’», sostuvo.
El gobernador bonaerense aprovechó la oportunidad para criticar el modelo económico del Ejecutivo, al que acusó de generar «recesión prolongada, caída del consumo, pérdida de empleo y angustia social». «Su plan económico, basado en mantener un dólar bajo y una recesión prolongada para contener los precios, fracasó», afirmó, aludiendo a los recortes presupuestarios que han golpeado especialmente a su provincia. Buenos Aires, que aporta el 40% de la recaudación nacional pero recibe solo el 7%, arrastra una deuda del gobierno central superior a los 12 billones de pesos, en rubros como seguridad, transporte e infraestructura.
Kicillof también aludió a intervenciones externas que, a su juicio, comprometen la soberanía argentina. Hizo referencia a declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump, quien amenazó con no ser «generoso» con Argentina si Milei perdía las elecciones, calificándolas de «episodio vergonzoso para nuestra democracia». Además, cuestionó el rol de «emisarios» norteamericanos y «nuevos accionistas extranjeros» que promueven reformas que, según él, agravarán las desigualdades y destruirán la producción nacional.
En su propuesta, el gobernador llamó a Milei a «corregir el rumbo» mediante un diálogo genuino, priorizando políticas públicas para emergencias sociales –como los comedores que alimentan a 4 millones de bonaerenses– y reactivando la industria. «Las reformas prometidas no contienen soluciones para una economía paralizada, para una industria nacional quebrada ni para un pueblo que la está pasando mal», advirtió, rechazando cualquier iniciativa que implique «quitar derechos». Kicillof se mostró abierto a la conversación «sin insultos», pero firme en su defensa de los intereses provinciales, dejando la evaluación final «al pueblo en dos años».
La carta de Kicillof resuena en un panorama político fragmentado, donde la oposición peronista busca consolidarse ante el avance oficialista. Mientras tanto, desde el gobierno no se ha emitido una respuesta inmediata, aunque fuentes cercanas a la Casa Rosada minimizan el incidente como parte de una «etapa de transición». Analistas consultados coinciden en que este episodio podría profundizar la brecha federal, complicando la implementación de reformas en un Congreso donde el oficialismo no cuenta con mayorías absolutas.
Este intercambio marca un nuevo capítulo en la relación tensa entre el peronismo bonaerense y el gobierno de Milei, recordando episodios previos como el conflicto por fondos coparticipables. ¿Abrirá la puerta a un diálogo más amplio o agudizará las divisiones? El tiempo, y las urnas de 2027, lo dirán.