TODO BULLYING
Publicado: 14-04-2013
El bullying es una conducta agresiva, un comportamiento que se reitera hacia otra persona de manera deliberada, intencionada; es un hostigamiento, una intimidación persistente hacia otro compañero.
En las situaciones en las que se identifica el denominado bullying, hay un maltratador o varios, y un maltratado, quien es blanco del acoso o agresión, verbal o física. Como papás, es importante saber que este tipo violencia entre chicos no es, justamente, «cosa de chicos» como suele decirse, sino que es un grave problema.
Las consecuencias del bullying en los maltratados o víctimas son dolorosas, pueden variar desde deterioro de la autoestima, desórdenes de ansiedad, fobia escolar e incluso depresión. Es decir, derivaciones negativas en el desarrollo de la personalidad y la socialización, que pueden afectar el desenvolvimiento corriente de la vida cotidiana y la escuela.
Existen casos, incluso en nuestro país, de suicidio de chicos por el sufrimiento causado a través de situaciones de bullying.
Para reconocer situaciones de bullying es importante identificar algunas características:
El maltrato puede tener un autor o varios.
Suele extenderse por un período más o menos prolongado, ser sistemático y estratégico. Los niños maltratados suelen sentirse culpables de la situación.
Se establece una diferencia de poder entre la víctima y el victimario.
Es fundamental saber también que no es bullying que un chico no quiera ser amigo de otro, que dos chicos, sin que exista desequilibrio de poder, se peleen, o tengan una discusión.
Posibles perfiles
El maltratador o quien ejerce el bullying, procede así por abuso de poder y por un deseo de intimidar y dominar; manifiesta actitudes amenazantes y agresivas sin motivos, son provocadores y no tienen actitudes de empatía.
Los maltratados o víctimas, en general son chicos tímidos.
Indicadores de acoso escolar
Algunas pautas a seguir para tener en cuenta y detectar casos de bullying son los siguientes:
Terror a ir a la escuela. A veces, suele terminar en abandono escolar.
Descenso en el rendimiento escolar.
Notable apatía o tristeza.
Chicos que nunca son elegidos para trabajos en grupo.
Chicos que vuelven de la escuela con golpes o heridas.
Qué hacer
Cuando tu hijo es la víctima:
Priorizar la comunicación para que sienta confianza y pueda hablar de lo que está viviendo.
Comprometerse a ayudarlo a resolver el problema.
Hacerle saber que no es el culpable de la situación.
Investigar en detalle lo que está ocurriendo.
Hablar con la maestra o maestro y directores de la escuela.
No estimular la venganza.
Buscar ayuda profesional para resolver la situación: psicólogos, abogados.
Cuando tu hijo es acosador:
Reconocer la conducta negativa del hijo.
Estar dispuestos a resolver el problema colaborando con la escuela o los profesionales.
Jamás usar la violencia para resolver el problema.
Buscar ayuda profesional para resolver el tema.
Enseñar con el ejemplo que las frustraciones no se manifiestan mediante la violencia.
Demostrar que se desaprueba el comportamiento, pero que se lo sigue amando y reconociendo las buenas acciones.
