Triple crimen de Florencio Varela: Quién es Florencia Ibáñez, sobrina del principal sospechoso y séptima detenida
Publicado: 30-09-2025
En un giro inesperado en la investigación del salvaje triple homicidio que conmocionó a Florencio Varela, las autoridades detuvieron a Florencia Ibáñez, sobrina de Lázaro Víctor Sotacuro, uno de los principales acusados. La joven de 28 años fue arrestada en pleno estudio de televisión, donde se presentaba para defender su inocencia, convirtiéndose en la séptima persona vinculada al caso. El crimen, que involucró secuestro, tortura y ejecución de tres mujeres, sigue revelando conexiones familiares y detalles escalofriantes que apuntan a una red de complicidad.
El hallazgo de los cuerpos de Brenda del Castillo (22 años), Morena Verdi (19) y Lara Gutiérrez (21) el miércoles pasado en una vivienda abandonada de Florencio Varela sacudió al conurbano bonaerense. Las víctimas, todas originarias de la zona, fueron raptadas, sometidas a vejámenes inhumanos y finalmente asesinadas a tiros. La fiscalía, a cargo de la Unidad Fiscal de Instrucción (UFI) 3 de Lomas de Zamora, ha reconstruido un escenario de venganza personal orquestado por Sotacuro, un ciudadano peruano de 45 años con antecedentes por narcotráfico y violencia de género, quien huyó a Bolivia antes de ser recapturado.
Ibáñez, quien vivía con su tío en el barrio de Bajo Flores, fue identificada gracias a registros de cámaras de seguridad y el análisis del Volkswagen Fox que Sotacuro utilizaba. El vehículo, equipado con un telepase a nombre de la detenida, fue rastreado hasta el lugar del crimen. Según la investigación, el 19 de septiembre –el viernes anterior al hallazgo de los cuerpos– Ibáñez acompañó a Sotacuro y a otra persona no identificada en un viaje desde Buenos Aires hasta Florencio Varela. La joven asegura que su rol se limitó a una visita casual y que nunca descendió del auto.
La detención ocurrió en la tarde de ayer, durante una entrevista en un canal de noticias local. Como parte de un acuerdo previo con el Juzgado de Garantías N° 4 de La Matanza, Ibáñez se presentó acompañada de su abogado, Guillermo Endi, para exponer su versión de los hechos. «Víctor Sotacuro es mi tío. Yo usaba el auto de él porque vivimos juntos. El telepase era mío. Yo lo usaba para salir a andar un rato. Estuve acompañada esa noche, el viernes, y de casualidad me lo crucé a él», declaró la joven ante las cámaras, visiblemente nerviosa pero firme en su defensa. Sin embargo, apenas finalizó la emisión, un grupo de efectivos de la Policía Bonaerense la esposó y la trasladó a una comisaría de Lomas de Zamora. La grabación de la entrevista ha sido incorporada como prueba a la causa.
Endi, el letrado de Ibáñez, salió al aire minutos después para respaldar a su clienta. «Gracias a Dios ahora está más protegida de lo que estaba. Habíamos pedido estar en los medios por la seguridad de su vida», afirmó, al tiempo que anunció que presentará evidencias irrefutables de inocencia: registros de geolocalización del celular de Ibáñez y el historial de rutas del Volkswagen Fox, abandonado por Sotacuro en Quilmes antes de su fuga transfronteriza. «Tenemos todas las pruebas contundentes para demostrar que no estuve», reiteró la detenida en su testimonio televisivo, negando cualquier participación en el secuestro o las torturas. «No bajamos ninguno de los tres», agregó, refiriéndose al trío que viajó esa noche fatídica.
La pesquisa, liderada por el fiscal Leonardo Kosiner, ha sido implacable. Sotacuro, extraditado desde Bolivia la semana pasada, confesó parcialmente su rol como ejecutor, motivado por rencillas pasadas con las familias de las víctimas. Seis detenciones previas –incluyendo cómplices logísticos y testigos clave– han tejido una red de encubrimiento que involucra a residentes de Bajo Flores y Florencio Varela. Ibáñez emerge como el eslabón familiar que podría esclarecer el uso del vehículo y las comunicaciones previas al crimen.
Mientras la Justicia evalúa la prisión preventiva para la nueva imputada, el caso reaviva el debate sobre la violencia de género en el conurbano: las víctimas, todas mujeres jóvenes, fueron seleccionadas por su presunta vinculación con un entorno de deudas y venganzas. Organizaciones feministas ya exigen mayor celeridad en las pericias forenses y protección para posibles testigos.
El triple crimen de Florencio Varela no es solo una tragedia aislada, sino un recordatorio crudo de las sombras que acechan en los márgenes de la ciudad. Con Ibáñez bajo custodia, la fiscalía aspira a cerrar el círculo de impunidad. Las audiencias preliminares están programadas para la próxima semana, y el país espera respuestas que devuelvan algo de justicia a tres vidas truncadas.