Jueves 02 de Octubre de 2025

Triple Femicidio Narco: Capturan y Expulsan al Ladero de «Pequeño J» desde Perú, con Llegada Inminente a Buenos Aires

Publicado: 02-10-2025

En un operativo conjunto que refleja la creciente cooperación internacional contra el narcotráfico, las autoridades argentinas lograron la captura y expulsión exprés de Matías Agustín Ozorio, el presunto lugarteniente de Janzen Valverde Victoriano, alias «Pequeño J», implicado en el brutal triple femicidio de tres jóvenes en Florencio Varela. Ozorio, detenido en Lima este martes, será trasladado esta noche a Buenos Aires a bordo de un vuelo de la Fuerza Aérea Argentina, donde enfrentará cargos por homicidio agravado.

El caso, que ha conmocionado al conurbano bonaerense, se remonta a hace una semana, cuando los cuerpos de Morena Verdi (22 años), Brenda del Castillo (19) y Lara Gutiérrez (21) fueron hallados enterrados en el patio de una vivienda en el barrio Santa Teresa de Florencio Varela. Las víctimas, todas oriundas de la zona sur del Gran Buenos Aires, habrían sido asesinadas en el marco de un ajuste de cuentas ligado al tráfico de estupefacientes. Según la investigación a cargo del fiscal de Homicidios de La Matanza, Adrián Arribas, el móvil estaría relacionado con deudas y disputas internas en una banda narco que opera en la región.

Ozorio, un argentino de 28 años conocido como el «mano derecha» de «Pequeño J», fue arrestado en el distrito de Los Olivos, en Lima, gracias a un intercambio de inteligencia entre la Policía Federal Argentina (PFA), Interpol y la Policía Nacional del Perú (PNP). El sospechoso había planeado un encuentro con su jefe en una plaza local, pero la información proporcionada por fuentes argentinas permitió su detención inmediata. «Estas dos personas pudieron haber estado transitando por un año y dos años acá en el Perú y nadie hubiera tenido conocimiento de nada. Todo nace porque la policía argentina se comunica con la policía peruana y traslada la información en un alto grado de confianza», explicó el general Óscar Arriola, de la PNP, durante una conferencia de prensa conjunta en Lima.

La extradición de Ozorio se tramitó con celeridad inusual: el Gobierno peruano autorizó su expulsión administrativa en menos de 24 horas, un procedimiento «expedito» que evitó los largos plazos de un juicio local. «Las expulsiones tienen un plazo de 24 horas y son muy céleres. Son expeditas y se trabaja toda la madrugada», detalló Arriola. Una comitiva integrada por siete efectivos de la PFA e Interpol, más tres policías de la Bonaerense, aterrizó en el Aeropuerto Jorge Chávez de Lima a las 16:35 hora local a bordo de un Hércules C-130 de la Fuerza Aérea. Ozorio fue entregado formalmente a las 17:36, tras una breve rueda de prensa, y ya se encuentra a bordo del mismo aparato, que partirá rumbo a Argentina con una escala técnica en Salta. La llegada a Buenos Aires está prevista para alrededor de las 22:00, momento en que el detenido será trasladado directamente a dependencias de la fiscalía para su primera indagatoria este viernes por la mañana.

Mientras tanto, la situación de «Pequeño J», un peruano de 32 años considerado el autor intelectual del crimen, es más compleja. Como ciudadano local, su caso no califica para una expulsión inmediata y requerirá un proceso de extradición formal, que involucrará al Poder Judicial de ambos países. «Él, al ser un ciudadano peruano, va a tener que tener otro tratamiento, otro procedimiento. Y pasa por la extradición y algunas otras instituciones jurídicas que nuestro poder judicial y el poder judicial de Argentina tendrán que definir», aclaró el general Arriola. Victoriano permanece bajo custodia en Perú, donde enfrenta cargos preliminares por asociación ilícita y tráfico de drogas, en colaboración con las autoridades argentinas.

Este triple femicidio ha puesto en el centro del debate la permeabilidad de las fronteras para las bandas narco que operan en el Cono Sur. Fuentes de la investigación revelaron que «Pequeño J» y su red habían establecido rutas de traslado de cocaína desde Perú hacia Argentina, utilizando Florencio Varela como punto de distribución. Las víctimas, vinculadas sentimentalmente a miembros de la banda, habrían sido eliminadas para «saldo de deudas» en un ritual de violencia que incluyó el entierro de los cuerpos para ocultar el crimen.

El fiscal Arribas, en un breve comunicado, enfatizó la importancia de esta captura: «Ozorio es un eslabón clave en la cadena de mando. Su declaración podría esclarecer no solo este femicidio, sino una red mayor de narcotráfico que cruza fronteras». Mientras el vuelo surca los Andes, la Justicia argentina se prepara para desentrañar los hilos de una organización que, según estimaciones, mueve millones de dólares al año.

El caso sigue abierto, con allanamientos en curso en Buenos Aires y La Plata. Las familias de las víctimas, que exigen justicia pronta, han convocado una marcha este sábado en Florencio Varela para visibilizar la ola de violencia de género en contextos narco. En un país que lidia con el auge del crimen organizado transnacional, esta operación binacional marca un precedente esperanzador, pero también un recordatorio de los desafíos pendientes.