Jueves 16 de Octubre de 2025

“Yo fui a rescatar a mi hijo”: Pablo Laurta rompe el silencio en medio del escándalo por el doble femicidio en Córdoba

Publicado: 16-10-2025

En un giro dramático que ha conmocionado a la opinión pública, Pablo Laurta, el ciudadano uruguayo imputado por el brutal doble femicidio de su ex pareja y su ex suegra en Córdoba, declaró este jueves ante la prensa: “Yo fui a rescatar a mi hijo”. Estas palabras, pronunciadas durante su traslado custodiado desde los Tribunales de Concordia, en Entre Ríos, marcan la segunda manifestación pública del acusado en menos de 48 horas y avivan el misterio alrededor de un caso que ya enlaza dos provincias y tres víctimas mortales.

Laurta, de 32 años, enfrenta cargos graves no solo por los homicidios de Luna Giardina (26) y Mariel Zamudio (54), ocurridos el pasado sábado en la capital cordobesa, sino también por el presunto asesinato del remisero Martín Palacio en Entre Ríos. El niño de la pareja, único sobreviviente directo de esta tragedia familiar, queda como huérfano en un limbo judicial y emocional que ha generado indignación generalizada.

La secuencia de un crimen que cruza fronteras

Todo comenzó en la madrugada del sábado, cuando Laurta irrumpió en el domicilio de Giardina y Zamudio en el barrio Alberdi de Córdoba. Según los primeros informes policiales, el agresor disparó contra las dos mujeres, dejando un rastro de violencia que conmocionó a la vecindad. Horas antes, en Entre Ríos, el remisero Martín Palacio había desaparecido misteriosamente tras llevar a Laurta como pasajero. Cerca del lugar donde fue visto por última vez, las autoridades hallaron un cuerpo en avanzado estado de descomposición, pendiente de identificación forense, que podría corresponder al conductor asesinado “criminis causa” –es decir, para encubrir otro delito.

Tras los femicidios, Laurta huyó hacia el este, pero el miércoles se presentó voluntariamente en los tribunales de Concordia. Allí, ante la fiscal Daniela Montangie, se negó a declarar por el homicidio de Palacio, limitándose a una enigmática frase a los medios: “Todo fue por justicia”. Ese mismo día, fue sometido a exámenes mentales y médicos obligatorios, como exige la ley argentina para delitos con penas superiores a los 10 años de prisión.

El jueves, en una audiencia ante la jueza de Garantías Gabriela Seró, la fiscal Montangie solicitó –y obtuvo– 120 días de prisión preventiva para Laurta por el crimen del remisero. Al salir del tribunal, escoltado por la policía, el imputado volvió a hablar: “Yo fui a rescatar a mi hijo”. Estas declaraciones, captadas por cámaras de Canal 9 Litoral y replicadas en redes sociales, han desatado especulaciones sobre posibles disputas por la custodia del menor o rencores acumulados en la relación con Giardina, de la que se separó hace meses.

En las próximas horas, Laurta será extraditado a Córdoba para enfrentar la indagatoria por el doble femicidio. Allí, se le aplicará el artículo 34 del Código Penal argentino, que contempla evaluaciones psiquiátricas adicionales para determinar si actuó bajo un estado de inconciencia o error invencible. La fiscalía cordobesa, aún en las primeras etapas de la investigación, trabaja con peritajes balísticos y testimonios de vecinos que describen a Laurta como un hombre “posesivo y conflictivo”.

El dolor de una familia destrozada

El impacto del caso trasciende las aulas judiciales y llega al corazón de las familias involucradas. Estrella Laurta Varela, madre del acusado y residente en Canelones, Uruguay, rompió el silencio en una entrevista con A24. Con voz entrecortada, confesó su incredulidad: “No puedo creer que haya parido a un asesino. No es la persona que crié”. La mujer, que mantiene una relación distante con su hijo desde hace tiempo, comparó el suceso con “un guion de Netflix que se volvió realidad”. Su mayor preocupación, sin embargo, es el destino del nieto: “Hoy mi nieto está solo en el mundo. Está sin su madre, sin su abuela y sin su padre, que asesinó cruelmente a la mamá y a la abuela de mi nieto”.

Desde el entorno de las víctimas, el hermetismo reina. Familiares de Giardina y Zamudio han optado por el silencio, enfocados en el duelo y en la protección del niño, cuya identidad se resguarda por orden judicial. Organizaciones feministas de Córdoba, como Ni Una Menos, ya han convocado marchas para este fin de semana, exigiendo justicia pronta y un debate urgente sobre la violencia de género en contextos de separación.

¿Justicia o venganza? El enigma que persigue a Laurta

Mientras Laurta espera su traslado, su versión –mezcla de victimismo y reivindicación– choca con la abrumadora evidencia recolectada por las fuerzas de seguridad. ¿Fue un acto de “rescate” paternal o una espiral de furia descontrolada? Las pericias en curso, que incluyen análisis de comunicaciones previas entre Laurta y Giardina, podrían arrojar luz sobre las motivaciones profundas de un hombre cuya vida, hasta hace una semana, parecía ajena a tanta oscuridad.

Este caso, que une femicidios con un homicidio colateral, pone en jaque el sistema judicial interprovincial y reaviva el clamor por políticas más estrictas contra la violencia machista. Mientras tanto, en las calles de Córdoba, el luto por Luna y Mariel se transforma en una demanda colectiva: que la justicia no sea solo un eco de las palabras del victimario, sino un baluarte para los que quedan atrás.

Siguiente noticia