Viernes 29 de Marzo de 2024

18 años de la represión de 2001: muertos, heridos, saqueos, detenidos y la renuncia del Presidente

Publicado: 19-12-2019

Se cumplen 18 años de los trágicos días que pusieron fin al Gobierno asfixiante de Fernando De La Rúa. En apenas una semana, posterior al inicio de los cacerolazos, la Argentina tuvo cinco presidentes, habiendo comenzado aquel diciembre de 2001 con un default financiero, abandonando la férrea política cambiaria que desde 1991 sostenía y devaluando la moneda nacional. El país sumergido en una profunda crisis económica y una insostenible  inequidad social, provocó la proliferación de protestas en todo el territorio nacional. ¿Cómo respondió el Estado?, con una enorme represión: incluyó el Estado de Sitio, y fue contra el pueblo que se manifestaba, durante el 19 y 20 de diciembre de hace 18 años, unas treinta personas murieron y otras 4.500 fueron detenidas. Durante el conflicto, muchos comercios fueron saqueados y se produjeron destrozos en un clima violento que el Estado no pudo, no supo contener, sólo yendo contra el propio pueblo que reclamaba un cambio en las políticas económicas despiadadas. El comienzo del fin del Gobierno de la Alianza, se inició a mediados de 2.000, cuando con La Ley de Déficit Cero, se redujeron los sueldos de empleados estatales, de jubilados, y toda la estructura de consumo comenzó una estrepitosa caída. Dicha Ley impactó fuertemente sobre los programas sociales, sumergiendo a los sectores más débiles de la sociedad en el mayor estado de indefensión y de desprotección. La década de los ’90 se caracterizó por las medidas de flexibilización laboral, con la consecuente pérdida de derechos, ya el gobierno anterior a De La Rúa, criminalizó las protestas en todo el país, ejerciendo brutales represiones. Dónde el soberano se alzaba repudiando la devastación de la nación y el ahogo que sufrían, allí estaban las Fuerzas Armadas, para golpearlos y matarlos. Diciembre de 2001, comenzó con la profundización del descontento popular, el Estado, siguió sin oír las voces, que clamaban por sus vidas y se convirtió en el Diciembre Trágico de la Democracia argentina.